Este domingo 2 de noviembre el violinista y joven promesa de la dirección orquestal, Rodolfo Barráez, dirigirá a la Orquesta Sinfónica Juvenil de Lara en un concierto que se efectuará en el Hotel Príncipe a las 11:00 de la mañana y con entrada libre.
Barráez, de veinte años de edad, ha sido calificado como una de las batutas más simbólicas de Venezuela y en visita a EL IMPULSO prometió honrar las enseñanzas de Francisco Díaz, uno de sus maestros y homenajear al maestro José Antonio Abreu, quien le encomendó la tarea de venir a Barquisimeto para subir al podio y guiar a nuestro patrimonio musical.
El elocuente joven falconiano contó que desde muy pequeño se sintió atraído por la música, en un principio quería tocar la trompeta, sin embargo, fue el violín el instrumento que poco a poco lo sedujo. Luego, comenzó a coquetear con la dirección orquestal, oficio que aseguró, lo colma plenamente.
El violinista de la Orquesta Sinfónica Juvenil Teresa Carreño se formó en el Conservatorio de Música Santa Ana de Coro, cursa estudios de Dirección en Unearte.
-¿Cómo incursiona en la dirección?
-En el 2007 se hizo una selección de jóvenes menores de 15 años, audicioné y quedé. Fuimos a Caracas y conformamos la Orquesta Nacional Infantil dirigida por Gustavo Dudamel, a partir de ese momento ocurrió un cambio. Ver a Gustavo como ese líder, a los demás compañeros de todo el país y a tantos maestros… hubo un cambio importante. Me cautivó la dirección.
-¿Un consejo importante de sus maestros?
-El servicio a la música y la humildad. Los directores de orquesta somos líderes de una comunidad por lo cual tenemos que ser sensibles, humanos y humildes para imprimir responsabilidad. El director es un gerente, incluso padre, amigo, hermano.
-¿Qué significa dirigir?
-Yo toco el violín y hago grandes cosas, pero con la orquesta tengo 30 violinistas, 20 violas, chelos, trompetas, percusión, cornos, trombones… una gama de colores inmensa. Encontré en la dirección algo que me faltaba. Es lo que quiero hacer. Actualmente llevo la batuta en calidad de director invitado de diferentes orquestas.
-¿Cómo fue esa primera vez en el podio?
-Tenía como 11 años. Un día la maestra Teresa Hernández, de la Orquesta Infantil de Coro, preguntó que quién quería dirigir y yo tímidamente levanté la mano. Fue muy especial. A los 15 años el director regional de orquestas, José Mayolino, me invitó a dirigir porque el profesor había faltado. Tenía una batuta partida por la mitad que había guardado como recuerdo. Cuando Mayolino vio que funcionaba llamó a los demás profesores del Conservatorio. Luego, por unos cursos que tenían los directores dirigí mi primer concierto. En el 2011, a los 17 años y por orden de Mayolino, dirigí la 9° de Beethoven. Luego le confié mi trabajo al maestro Abreu.