El ministró de Asuntos Exteriores español, José Manuel García-Margallo, afirmó este martes que Madrid ha llevado a cabo «gestiones muy discretas» para fomentar el diálogo y acabar con la violencia en Venezuela.
España «ha llevado a cabo gestiones muy discretas para poner fin a la violencia y que se fomente un diálogo en Venezuela que permita la convivencia pacífica entre venezolanos más allá de sus diferencias políticas», dijo Margallo en el Senado.
Margallo respondía así a una pregunta sobre si el gobierno conservador española está preocupado tras las declaraciones de Caracas de revisar sus relaciones con España, después que el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, se entrevistara el miércoles con Lilian Tintori, esposa del líder opositor preso Leopoldo López.
Durante la reunión con Tintori, Rajoy se mostró «preocupado, evidentemente, por la situación allí, por como está la democracia en Venezuela», afirmó una portavoz del gobernante Partido Popular, en cuya sede tuvo lugar el encuentro.
El jefe del gobierno español también reafirmó «la preocupación de la Unión Europea por el juicio de Leopoldo López, así como la necesidad de respetar la libertad de expresión y el derecho de manifestarse pacíficamente en Venezuela», según un breve comunicado del PP.
En una carta fechada del jueves y divulgada el viernes por la embajada de Venezuela en Madrid, el gobierno de Nicolás Maduro expresó «su más profundo rechazo a la acción injerencista, irresponsable e irrespetuosa» de Rajoy, denunciando «un acto profundamente inamistoso hacia nuestros país».
El jefe de la diplomacia española insistió en que España, siempre desde el respeto al ordenamiento jurídico venezolano, se unió a declaraciones de organismos como el Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) a favor del respeto a los derechos humanos.
Madrid también apoyó los esfuerzos de la misión de cancilleres de Unasur, que ha intentado mediar en Venezuela «apoyados por los buenos esfuerzos de la Santa Sede», añadió Margallo, antes de concluir que «seguiremos muy de cerca la situación en una nación que nos es muy cercana».
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