Desbordante de ocurrencias, transparente como él solo y fiel seguidor de la idea de no dejar su país a menos que lo boten. Él es Juan José Aguerrevere Branger, mejor conocido como Toto Aguerrevere, un hombre quien con la mayor de las naturalidades le inyecta ese toque de humor a los acontecimientos que diariamente vivimos. Con más de 43 mil seguidores en twitter este “buhonero intelectual” hace reír a todos quienes visitan su blog o adquieren sus libros. Conozca su relajada personalidad
Cuando se realizó el contacto con Toto, busqué las mil y un maneras de idear una entrevista llena de humor e innovación, pero creo que enfrentarnos a un hombre tan ocurrente y con un sentido del humor tan natural, no fue tan difícil y disfrutamos de una entrevista que llenó de carcajadas a toda la redacción de la revista. Muchos admiramos esa cálida facilidad para separar lo malo y ofrecer algo que distrae y hace que, ante todas las adversidades, riamos y olvidemos con mucho humor.
En conversaciones con el buhonero intelectual…
Toto cuéntanos ¿Cuándo y dónde naciste?
Nací un martes 21 de agosto de 1979 en Caracas. Según mis tías fui el niño más bello del mundo, hasta que se dieron cuenta que estaban viendo al bebé equivocado en el retén.
Háblanos un poco de tu familia
Yo crecí en una casa con dos hermanos, tres perros, un loro y una señora de servicio que me enseñó todo lo que tenía que saber sobre Sábado Sensacional. Mi papá es un hombre que le encanta reírse y mi mamá es la mata de las exageraciones, lo cual sin duda ha sido una gran contribución para mis escritos. Mi niñez fue todo sobre la imaginación, donde Petan Pan era mi pastor y San Nicolás el único santo que valía la pena, hasta que comencé a decir en el colegio que había visto a la Virgen María un 25 de diciembre y mi mamá me tuvo que confesar que era ella con un paño en la cabeza porque ya yo estaba despierto.
¿Fue siempre Toto un hombre ocurrente y con sentido del humor o fue floreciendo esta divertida personalidad?
Es imposible no tener sentido de humor cuando se crece en una casa donde tu abuela te viene a buscar para comer helados disfrazada de payasa. Aunque si te digo que soy más bien callado. Mi trabajo no consiste en ser el protagonista de los cuentos, sino en fijarme en las ocurrencias de los demás.
¿Por qué te defines como un buhonero intelectual?
Me defino así porque no tengo un trabajo común. Escribo para las revistas Clímax, UB y Etiqueta. Trabajo como guionista para los shows de Erika de la Vega, estoy en la radio con Marianella Salazar y con mi propio programa Web en el Circuito Éxitos FM. Para ganarme la vida traduzco contratos legales y para gozármela escribo en mi blog y en mi twitter. Fui profesor de Derecho Internacional en la Metropolitana, eso no es más que un buhonero con caché.
¿Cuáles fueron tus primeras historias? Háblanos de Cuentos de Sobre Mesa
Mis primeras historias fueron en correos electrónicos. Todos mis amigos se habían ido del país a hacer postgrado y yo les escribía semanalmente sobre las ocurrencias de Caracas, el matrimonio o el concierto de turno o algo cómico que me había pasado en el trabajo. Siempre me escribían a decirme que estaban muertos de la risa y que yo tenía que publicarlos en alguna parte. Así nació el blog. Cuentos de Sobremesa salió dos años después de abrirlo. La más capitalista salvaje de mis amigas se presentó en mi casa con el blog impreso y me dijo: “Es hora de hacer real con esto”. Eran más de 800 páginas de blog y juntos escogimos las 40 historias que más nos gustaban. Así nació el libro, cuentos cortos sobre situaciones tragicómicas de la cotidianidad venezolana. La tesis era que lo íbamos a vender en navidad a todos nuestros conocidos y hacernos millonarios. Los millones no llegaron aunque lo que sí llegó fue una legión de personas anónimas que tomaron un interés en el libro el cual francamente no me esperaba, agotando así tres ediciones. Quizás fue un momento donde la gente necesitaba reírse y aparentemente yo estaba por ahí con un libro sobre un sifrino al que le pasan cosas niches.
Cuéntanos más sobre el nacimiento del blog y ¿Por qué ese nombre?
El blog como te dije nace animado por mis amigos, pero en realidad una noche me senté a leer el blog de una caraqueña llamada Nina Rancel, que es como una Carrie Bradshaw en Converse. Me impresionó su candidez y su honestidad con el humor al hablar de sus relaciones. Le escribí para decirle que la admiraba. A los pocos minutos me llamó a decirme que yo debía abrirme uno porque yo le parecía divertidísimo. Esa llamada cambió mi vida.
“Conversations Overheard at the Mad Hatter’s Tea Party” es el nombre del blog. Quería un título que tuviera la palabra “conversaciones” y como todas las conversaciones que yo tengo con la gente que me rodea son o exageradas o dementes pues naturalmente la mesa más loca para echarlos era en la mesa de té del Sombrerero Loco. Yo no soy el Sombrerero, simplemente soy el que chismea los cuentos que allí se echan porque le parecieron divertidísimos.
Háblanos del libro “La Hora Loca”
La Hora Loca es mi segundo libro. Lo titulé así porque a mí me parece ilógico que en Venezuela te manden a volverte loco por una hora en un matrimonio cuando aquí hay 24 horas locas al día. Nosotros somos una sociedad que mientras espera por los resultados electorales no sabe si sacar la champaña o el Valium. Son 30 cuentos donde algo loco pasa, ya sea cómo explicarle a un Guardia Nacional qué es un mazapán, el salir a una cita a ciegas con una espía o la apología del rabipelado que causó el apagón nacional.
¿Qué pasa por tu mente al escribir?
Yo siempre comienzo a escribir con una frase en mente. El otro día se me ocurrió que en verdad la primera invasión alienígena de la historia ha debido ser la llegada de Cristóbal Colón a América. El solo imaginar a los nativos disfrutando de un día de playa y que le lleguen tres “mamotretos” por agua ha tenido que dar un susto tremendo.
¿Cómo fluyen tus ideas para escribir con tanto humor?
Yo soy gran fan de la gente ocurrente y todo en Venezuela sirve como material de inspiración. Fíjate en los mangos. Venezolano que se respete no arrastra una escalera para coger un mango. Le lanza zapatos, escobas y hasta el bastón de la abuela si es necesario para tumbarlo. Inspiración hay en cada esquina.
¿Cómo te mantienes de buen humor?
Leyendo los rayados en los vidrios traseros de los carros, rodeándome de gente que me hace reír y frenando en seco a los pesimistas cuya idea de pregunta interesante es: “Y cuéntame ¿qué estás haciendo con tu vida?”
¿Crees que los calvos dominarán el mundo?
Winston Churchill, Pablo Picasso, Sean Connery… ¿Cómo que “dominarán” el mundo? (risas)
¿De qué va tu nuevo proyecto con Buchanan’s?
En un viaje reciente a Escocia pude conocer sobre la vida de James Buchanan que la ignoraba y me di cuenta que era un hombre que solo quería pasar ratos agradables con sus amigos. El whisky hace eso, une a las personas en momentos de alegría, así que se me ocurrió hacer tertulias para darle el brindis más especial a todos mis amigos con un Buchanan’s. Con esto de la inseguridad y las idas del país, nos estamos dando más “Likes” en Instagram que abrazos en persona. Mi campaña con esta marca es hacerle saber a la gente que en mí tienen a alguien que siempre brindará por ellos.
¿Cómo defines al venezolano?
A mí lo que me encanta del venezolano es que no importa que tan mal esté, siempre celebra los buenos momentos. En cualquier rincón de Venezuela tú puedes estar sin luz, sin agua y sin ganas, pero si es el cumpleaños de la hija de la vecina tú pasas por esa casa a felicitarla. Esa camaradería con el prójimo es algo que yo admiro y que no he encontrado en otros países a los que he visitado. Nos pasamos con el “miamoreo”, pero entiendo que si el venezolano no está en confianza, no está a gusto.
¿Cuáles son tus planes a futuro?
Escribir más libros, hacer más radio, crear un grupo de autoayuda para que la gente que se quede en Venezuela no se sienta culpable y hacerme amigo interesadamente de una vieja millonaria que le parezca estupendo dejarme todos sus reales.
De pocas palabras…
¿Eres feliz?
Intento serlo, si me haces esta pregunta a las 12 de la noche en una fiesta con un whisky en la mano te respondería “de bolas de que si”.
¿Qué te hace reír?
La gente que le sale una ocurrencia del corazón.
¿Sifrino o niche?
Ambas. Todo sifrino que lleve una cava de anime a la playa tiene que asumir su “nichismo”.
¿Qué lees?
Botellas de champú para llamar a fastidiar a la operadora a decirle que hay un error de tipeo.
¿Qué música hay en tu ipod?
Pregúntale al ladrón que me lo tumbó.
Un trabajo soñado
Ser la voz de “recuerde cancelar el ticket antes de retirar su vehículo”.
¿Qué es lo más loco que te han dicho en las redes sociales?
“Te vi de lejos. Juraba que eras más alto”. ¿Más alto comparado con qué? ¿Con mi avatar?
Un pecado culposo
Contar el chisme de “te tengo un chisme pero no se lo digas a nadie” porque siempre es malísimo.
Defínete en tres palabras
Sexy, musculoso y mentiroso (risas).
Información: Twitter: @totoaguerrevere