Este domingo 26 de octubre es un día muy especial para todos los venezolanos, cuando se cumplen 150 años del nacimiento del Dr. José Gregorio Hernández, el Siervo de Dios.
Con el lema “Médico de los pobres, cristiano ejemplar”, para conmemorar este acontecimiento el episcopado venezolano ha querido celebrar esta oportunidad por partida doble: en primer lugar exaltar la vida de un hombre que se perfiló como un verdadero modelo de ciudadano, cristiano y ser humano, motivar a las personas para que lo conozcan y copien su ejemplo en una época en la que predomina la carencia de valores.
En segundo lugar: para elevar plegarias al cielo y pedir por que se cumpla un deseo colectivo y anhelado: que se complete el proceso de Beatificación, para poder agregar el “San” a la figura de las estampitas que están en todos los monederos de esta tierra.
“Será un momento cumbre en que se elevarán las oraciones de los venezolanos a Dios, para pedir su gracia”, expresó Monseñor Fernando Castro, Obispo auxiliar de Caracas y vice postulador de la Causa por la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández.
“En todas las iglesias del país, todas las familias y personas que tenemos fe en Dios imploraremos al Señor para que algún día podamos celebrar esa fiesta en nuestra Patria”, agregó.
Se busca un milagro
Monseñor Castro fue designado por la Santa Sede para dirigir en el país el riguroso procedimiento destinado a confirmar la santidad de los Santos. En el caso del Dr. Hernández, asegura que este proceso ya está muy adelantado, pero a pesar del interés aún falta una clave esencial.
“En la Congregación de los Santos (del Vaticano) hay muchísimo interés por esta Causa, porque se trata de un médico, un investigador, de un servidor a través de la medicina, de un académico y un hombre que goza de una fama de santidad universal, por lo tanto el papa Francisco ha manifestado su interés”, destacó.
“Las causas de beatificación tienen diez pasos. Ya hemos dado ocho, de los cuales el octavo fue justamente el más importante, cuando el 16 de enero de 1986 San Juan Pablo II emitió el decreto de Venerable, que no es otra cosa que el reconocimiento de José Gregorio como un hombre que vivió heroicamente bajo las virtudes de la fe, la esperanza y la caridad, y un hombre que se propone como modelo cristiano”.
“Falta el milagro y que el Papa dé el decreto de beatificación, pero la puerta a la glorificación ya está abierta, pues la inmensa mayoría de las causas de beatificación se quedan antes de la declaración de Venerable”, agregó Castro.
El vice postulador habla de cuáles son los parámetros de esta condición.
“El milagro que se presente tiene que ser un hecho inexplicable, instantáneo y sobrenatural”, resaltó.
“Hemos recibido cientos de testimonios de muchísima gente, y para ello tenemos el correo [email protected] y la página web www.causajosegregior.org.ve. Sin embargo, dentro de esos testimonios hay un porcentaje de 3 o 4% requieren profundización.
“La oficina de postulación siempre investiga los que albergan alguna probabilidad, y lo hace con médicos super competentes que puedan dar su opinión de un modo aséptico”, acotó el prelado.
Cuando la junta médica de la Causa, después de estudiar el caso, considera que existe un posible presunto milagro, lo presenta a la Congregación de los Santos que autoriza la investigación oficial a través de un Tribunal que se erige en el lugar donde se ha producido, porque allí están los testigos y las pruebas.
“Hay que tener en cuenta que buscamos un milagro en el cual haya documentación, donde estén todas las pruebas para que no haya ninguna duda. Lo más importante de esto es que cualquier testimonio es importante, porque es la historia de la fe de un creyente en Jesucristo que pide la ayuda de Dios a través de José Gregorio Hernández”, manifestó Castro.
A la pregunta de cuántos casos se están estudiando actualmente con profundidad, Monseñor indicó que no sabría determinarlo, porque son procesos que no se cierran y las investigaciones pueden tardar años.
“No pensemos que esto es un proceso administrativo. Amanecerá cuando Dios quiera, se llegará a esto cuando Dios quiera. A nosotros nos corresponde trabajar”, afirmó.
De lo místico a lo científico
El Dr. Manuel Guzmán Blanco, especialista en medicina interna en Infectología, es precisamente uno de los encargados por la comisión de la Causa por la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández para estudiar los casos que son presentados como presuntas comisiones milagrosas atribuidas al Venerable.
Desde antes de la creación de la comisión mi papel ha sido recibir aquellos supuestos milagros en donde se requiere una opinión médica, analizar los casos en detalle y consultar con especialistas dependiendo de la patología del paciente. Ha sido conmovedor y muy sorprendente el enorme número de testimonios que llegan, pues mucha gente siente que ha habido una intercepción favorable de Jose Gregorio en su vida.
Cuando llegan a la oficina de la Causa, que es un grupo muy formal, se analiza y hacen expedientes con toda la documentación posible; entonces pasan a la parte médica.
El doctor explicó que para que algún hecho médico califique como milagro, en caso de enfermedad debe tratarse de una curación completa que no sea explicable por los tratamientos. “Alguien que está muy enfermo y le reza mucho a José Gregorio, le hacen una operación y se cura, eso es consecuencia del tratamiento”, indicó.
“En muchos de los casos que se han analizado hasta ahora, por los que la gente se siente muy conmovida por la intervención divina, se han encontrado explicaciones; en otros hay algunas descripciones en los que la enfermedad no correspondía con lo que realmente pensaba el enfermo”, acotó el galeno.
Por otro lado, al compartir la misma profesión, Guzmán Blanco insistió en la necesidad de resaltar la faceta de Hernández como pionero en el campo de la Medicina, en el cual se destacó ampliamente y dejó un importante legado.
“El Instituto de Medicina Experimental de la UCV lleva su nombre porque fue el responsable de los inicios de la medicina experimental en Venezuela, cuando regresó de Francia en 1891. José Gregorio es reconocido por su santidad, pero fue científico, un profesor espectacular (estuvo 28 años dando clases en la Facultad de Medicina); fue un investigador y tiene publicaciones muy valiosas sobre tuberculosis, lepra y otras enfermedades. Fundó el laboratorio de la facultad de Medicina y después fue segundo director del laboratorio del Hospital Vargas. Él tuvo como profesores en Francia a dos premios Nobel, y aparte de eso era un tronco de médico y la gente lo quería mucho’, exaltó el galeno.
Guzmán admitió que hay muchas cosas inexplicables, “pero no hay duda de que detrás de algunos de esos casos está la fe de mucha gente, y se ha estudiado el efecto de la oración en el curso de las enfermedades”.
En este momento entre los trabajos de la Comisión no hay ningún caso que esté por ir a Roma. “Estamos en la búsqueda de uno. Ya Dios dirá, pero yo tengo mucha fe en que este año le va a dar ese regalo a Venezuela”.
La celebración
Para celebrar los 150 años del nacimiento del Siervo de Dios, la Iglesia Nuestra Sra. de La Candelaria, donde descansan sus restos, reabrirá su recinto después de casi dos años de remodelación, para recibir las muestras de fervor del pueblo.
Desde la tarde del sábado 25 comenzarán las misas especiales, empezando por la que auspiciará el obispo auxiliar de Caracas, Jesús González de Zárate.
“La gente viene y le trae serenatas, le cantan el cumpleaños, es toda una festividad popular, muy espontánea y muy bonita”, señaló el párroco, monseñor Henry Padilla.
Al día siguiente continúan las misas normales, y a las 12 del mediodía presidirá el arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa Sabino; a las 4:30 p.m. la misa le corresponde al vice postulador monseñor Fernando Castro, y la misa de las 5:30 la presidirá el Nuncio Apostólico de Su Santidad.
Canonizado en los corazones de los venezolanos
-¿Por qué José Gregorio Hernández debe ser beatificado?
-Porque está canonizado en los altares de los corazones de los venezolanos, y su fama de santidad es impresionantemente extendida en América y en muchas partes del mundo, afirmó monseñor Castro.
Conocer a José Gregorio es un gran bien para el país. Es un médico de cuerpos y de almas, y con toda seguridad curará a muchas almas para que podamos mirar a Dios con unos ojos más limpios y con un corazón muchísimo más recto.
El médico del Pueblo
La profesora María Isabel Giacopini de Zambrano, es miembro del Instituto de Medicina Experimental de la Universidad Central de Venezuela y ha dedicado toda su vida a estudiar la vida y obra del Dr. José Gregorio Hernández.
Ferviente creyente, creció en las calles donde vivió y murió el Siervo de Dios, y asegura haber conocido a una testigo presencial del accidente que le quitó la vida terrenal.
Para explicar la devoción que hoy existe en torno a esta importante figura de los altares venezolanos, Giacopini rescata el amor e identificación popular que desde su vida fue el pago a la bondad y el carisma demostrada por el médico.
“El Dr. Hernández tenía su consulta en la esquina de Desbarrancado (La Pastora, Caracas), donde atendía a la gente indistintamente de su condición económica, culto o raza. Comenzó a divulgarse entre el pueblo venezolano la forma tan humanitaria como atendía al paciente, y empezó a llegar mucha gente de todas partes del país”, señaló.
“Cuando muere, en la esquina de Amador el 23 de junio de 1919, vemos cómo, aunque no existían medios de comunicación o eran accesibles a muy pocas personas, la noticia de su muerte se transmite a toda la población. Lo llevaron a la casa de su hermana, que quedaba de Tienda Honda a Puente Trinidad, y aunque era una casa grande, el espacio quedó insuficiente para la multitud que se presentó. Entonces el presidente Provisional, Victorino Márquez Bustillo, ordenó que se abriera la Universidad Central de Venezuela que estaba cerrada en ese tiempo, para auspiciar en su Paraninfo las exequias del Dr. Hernández”, acotó Giacopini.
“El pueblo estaba desbordado, todo el mundo le lanzaba flores, en una manifestación que según dice su biógrafo fue una “apoteosis de amor”. Cuando sacan el féretro para montarlo en el carruaje y llevarlo al cementerio, la gente comenzó a gritar: el Dr. Hernández es del pueblo, no puede ir sino en nuestros hombros, y así lo llevan desde las 4:30 de la tarde hasta las 9 de la noche hasta el Cementerio General del Sur, mientras la procesión se alumbraba con velas en el camino. Dicen que es la manifestación de duelo más grande que ha tenido Venezuela en el siglo XX”, afirmó.
La investigadora cuenta que el culto místico se inició espontáneamente a medida que los ciudadanos comenzaron a acudir al camposanto a visitar la tumba, rezarle y pedir por el alma del médico querido.
“En un momento llega alguien y le hace una petición, y entonces dice que oyó al Dr. Hernández, lo que comienza a divulgarse también de boca en boca. La gente acude al cementerio a solicitar que les haga un milagro. Las autoridades deciden que hay que trasladar el sepulcro y hacen una exhumación en 1939 para llevarlo a otro punto del mismo cementerio.
En 1970 le colocaron una reja, pero eso no fue suficiente para contener a la multitud que llevaba solicitudes, diplomas, cuadernos y velas, por lo que ocurrió un incendio. En 1975 deciden llevarlo a la Iglesia de Nuestra Sra. de La candelaria, y allí vemos cómo la gente sigue llevándole ofrendas, pero controlado por la Iglesia”.