Una ventana para mirar al Valle del Turbio le regaló a la UCLA el artista plástico Jesús Armando Villalón, quien en la pared en la que recaen las miradas cotidianas de todos los desprevenidos trabajadores y visitantes de esta institución, plasmó la intensidad del verde y el azul de sus pinceles y la profundidad de su inspiración, para convertirla en un impresionante escenario cargado de realismo.
No podía ser de otra forma, porque en la intimidad de su mundo creativo y en el derecho que le otorga la fe, el maestro Villalón sintió tan cerca de su corazón a Jesús que su inspiración le permitió alimentar la ilusión de que no nació en Belén sino en nuestro Valle del Turbio, en el que es posible apreciar la casa de la madre de Dios, la Iglesia de Santa Rosa, desde donde la Divina Pastora protege a sus hijos.
Esta hermosa pintura fue el regalo de navidad del maestro Villalón para la UCLA, de la cual es doctor Honoris Causa.
Esta producción artística, pintada con acrílico sobre cartón, de siete metros de ancho por tres metros de alto, es el escenario del tradicional pesebre, con el que la comunidad universitaria y la colectividad en general revivirán y celebrarán uno de los momentos más hermosos en la historia de la humanidad: el nacimiento de Jesús, Dios del Universo.
La sorpresa embargó a quienes apreciaron que para la misma pared de todos los días se había mudado un pedacito del Valle del Turbio.
El artista reconoció el apoyo de su hijo en el arte, Manuel Brito, y explicó que los largos años de experiencia en el mundo de la pintura le permiten culminar una obra de gran formato en corto tiempo. Sin embargo, con evidente emoción, expresó que en esta ocasión, seguramente, tuvo la ayuda de la Excelsa Patrona, la Divina Pastora porque se trata de un homenaje a su majestad y pureza, como Madre de Dios, a quien siempre se encomienda cuando la musa de la inspiración se le acerca.
Manifestó que en la elaboración de esta obra estuvo presente la devoción, la calidez y el profundo amor de su esposa Isabel, su compañera durante 48 años, quien se marchó de este mundo hace pocos meses, pero le dejó su enseñanza de paz y fe en el corazón.