El gobierno venezolano ha flexibilizado los trámites para que empresas y ciudadanos puedan importar vehículos nuevos en momentos en que la industria automotriz se encuentra semiparalizada, informó este miércoles el ministerio de Comunicación e Información.
Una resolución conjunta de los ministerios de Economía, Finanzas y Banca Pública, Comercio e Industrias «establece la dispensa de la licencia de importación» y elimina «cualquier otro requisito, certificado, permiso de registro» para adquirir vehículos nuevos en el extranjero, señala una nota de prensa.
El vehículo podrá ser adquirido por ciudadanos y empresas con sus propios recursos, acompañado de una «declaración jurada del origen de los fondos», detalla la resolución, publicada en la Gaceta Oficial.
Los particulares podrán importar un vehículo cada tres años, mientras que las empresas no tendrán restricción alguna, siempre y cuando no sean para fines comerciales.
El sector automotriz venezolano se encuentra semiparalizado como resultado de la escasez de divisas que afecta a Venezuela, donde rige un estricto control cambiario y donde las firmas automotrices enfrentan complicaciones para acceder a dólares destinados a adquirir piezas para ensamblar unidades o importar vehículos terminados.
Según datos de la Cámara Automotriz de Venezuela, la industria trabaja actualmente al 5% de su capacidad y en el periodo de 2006 a 2013 sufrió un desplome acumulado de 58,2%. En Venezuela operan siete ensambladoras de autos, pero Mack y Chrysler suman ya cinco meses con su producción paralaizada.
La escasez de vehículos ha disparado los precios en el mercado y uno carro de varios años de antigüedad supera por mucho el de uno nuevo en precios de lista.
El año pasado, el gobierno aprobó la compra de vehículos de forma directa, pero los requisitos eran mayores, entre ellos la licencia de importación.
En Venezuela rigen distintos tipos de cambio que van de los 6,30 bolívares por dólar, reservado para sectores esenciales y de la salud, a los 50 para actividades empresariales y particulares, mientras que en el mercado paralelo la divisa estadounidense se acerca a los 100 bolívares.
Este país sudamericano, que tiene las mayores reservas petroleras, atraviesa una crítica situación económica marcada por una inflación superior a 60%, una aguda escasez de productos básicos y una sequía de dólares que ha afectado a distintos sectores.