Sí, decir las las cosas y fundamentarlas en el verdadero Evangelio no le agrada a muchos, les molesta. Pero la idea no es molestar a nadie, como ya lo dijimos. Si así fuere. Si en nuestro corazón estuviera esa intención, vana sería nuestra profesión de fe cristiana. Tendríamos que responder ante Dios y eso sería terrible. Pero es evidente que en el mundo de la cristiandad, por razones diversas, muchos se han apartado de la Verdad Verdadera aún sin darse cuenta. Han rechazado el conocimiento. Algo ha sucedido que han adoptado una posición abolicionista, afirmando que la Ley de Dios quedó eliminada, abolida. Y eso, pone en peligro su Salvación y es nuestro deber advertirlo.
Creemos, los líderes espirituales tienen mucha responsabilidad en ello. Dios lo expone, no nosotros. “Y como tú rechazaste el conocimiento, yo te rechazaré a ti de mi sacerdocio; por haber olvidado la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos». Oseas 4:6.
Lo que sucedió con el antiguo pueblo de Dios todavía sucede hoy. Surgieron profetas y predicadores de la prosperidad. ! Esos sí eran populares! Decían a los reyes y a la gente lo que querían oír. Entonces les prosperaban y les llenaban de privilegios. Pero cuando venía un Oseas, Joel, Miqueas, Nahum, Amòs o Abdías etc. o un Juan el Bautista, que les decía la verdad acerca de su condición espiritual. Cuando develaba su desobediencia a la palabra de Dios. Cuando denunciaban el divorcio que tenían entre la palabra divina y su comportamiento o testimonio, se molestaban.
Hoy sucede igual. Hay un sector de la cristiandad empeñado en obedecer la Ley de Dios. En ajustar su vida espiritual a la Santa Biblia de tapa a tapa. De guardar los Mandamiento de Dios de Éxodo 20. De asumir la alimentación adecuada sugerida por Dios en su palabra y poner en práctica los llamados 8 Remedios Naturales. De guardar el verdadero día de reposo, el santo sábado, como lo expone la Escritura y se les llama fanáticos. Por el otro lado, otro sector de la cristiandad quita y agrega textos a la Palabra de Dios. Aspectos fundamentales, olvidando tristemente las sentencias claras y precisas que Dios tiene para los infractores. Y eso, hay que decirlo. Hay que predicarlo y hasta denunciarlo con amor y respeto. Por cuanto es un asunto de Salvación y Vida Eterna.
Evidentemente se nota que la obediencia a la Palabra de Dios no ha sido ni es popular. No agrada. A muchos les gusta le digan solo cosas bonitas. Por eso, se llenan tantas iglesias y muchos bolsillos de oprtunistas mercaderes del Evangelio. Pero Dios, sigue siendo tajante para los desobedientes. Dice. “A todo el que escuche el mensaje profético de este libro, solemnemente le advierto: Si añade algo, Dios hará caer sobre él las calamidades consignadas en este libro. Si suprime algo del mensaje profético del libro, Dios lo desgajará del árbol de la vida y lo excluirá de la ciudad santa descritos en este libro”. Apoc. 22:18,19. ¿Cómo les parece? !Para meditar! Hasta el próximo martes, Dios mediante.