En Venezuela, de cada 100 dólares que ingresan, 97 provienen de la actividad petrolera, por lo tanto, una disminución drástica de los precios del crudo en los mercados internacionales, representaría una «dificultad grave».
Así lo reseña Aníbal Peña Javitt, reconocido economista y docente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), quien destacó el grave problema que se avecina con la baja constante del precio petrolero.
Esta tendencia se traducirá en menor cantidad de dinero destinado al presupuesto extraordinario que permite costear créditos adicionales con los cuales, hasta ahora, el Gobierno nacional ha aprobado, por ejemplo, aumentos salariales y un crecimiento sostenido del déficit fiscal.
En consecuencia, el economista prevé que de mantenerse la baja en la cesta petrolera, que actualmente se sitúa en 77.65 dólares por barril, las repercusiones se sentirán en los insumos que adquiera el usuario común, quien percibirá mayor desabastecimiento y escasez, resultado de la falta de dólares que enfrentará el Estado para importar los productos que se consumen.
Peña Javitt explica que más allá del esfuerzo que pudieran realizar los países involucrados en la exportación del petróleo para intentar mantener los precios del crudo y evitar un mayor y constante descenso, el problema depende de variables más determinantes que la fijación de niveles de producción.
En este sentido, el anuncio realizado por el gobierno chino sobre un descenso en sus niveles de crecimiento del Producto Interno Bruto, que no permitirá un mayor consumo de gasolina en al menos los dos años por venir; además de la normalización en los niveles de producción en países del Medio Oriente como Irak y Siria, los cuales han superado sus crisis sociales internas, y que aportan mayor oferta a una demanda estable; así como la aplicación de nuevas tecnologías en los países industrializados como Estados Unidos, que le permite hacer un uso más eficiente de la energía y de la extracción de hidrocarburos; supone un cuadro negativo para el aumento de los precios del crudo.
Además, cada uno de los factores descritos, incluyendo otros como la saturación de petróleo en el mercado mundial, y la venta de barriles más baratos por los denominados «países rebeldes del Medio Oriente», suponen un descenso en el precio del petróleo que se sostendrá por meses.
Para Venezuela, esta situación se traducirá en menor ingreso por concepto de venta de petróleo que no le permitirá aumentar sus reservas internacionales y, en el peor de los escenarios, «no podrá hacerle frente al gasto».
A pesar de este panorama, Peña Javitt explica que el Gobierno nacional debería estar reduciendo el tamaño del Estado, sin embargo, «cada día están aprobando más gasto público.» Lo ideal, resume el economista, sería que el Gobierno tome medidas de ajuste como incrementar el precio de la gasolina y el porcentaje que se cobra por concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA), «pero no lo van a hacer porque ellos prefieren mantener sus políticas ideológicas».
El ejemplo de esta situación se observa en el presupuesto ordinario que se elaboró el año pasado para el año fiscal 2014, que se estableció en 550 millardos de bolívares; pero, además se han aprobado créditos adicionales que han llevado dicho presupuesto hasta 1 billón de bolívares. Con un precio de petróleo en descenso, el Gobierno deberá tomar sus previsiones para el presupuesto de 2015, que presentado en los próximos días ante la Asamblea Nacional.
EE UU a la vanguardia
El petróleo de esquistos bituminosos, conocido como Shale Oil, es un petróleo no convencional producido a partir hidrogenación o disolución térmica. El proceso permite convertir la materia orgánica contenida dentro de la roca en petróleo sintético y gas. Lo que se deriva de esto puede ser utilizado como combustible o mejorado para ajustarse a las especificaciones del material que alimenta una refinería. Los productos refinados pueden ser utilizados para los mismos fines que aquellos obtenidos a partir del petróleo crudo.
Esta tecnología, explica Peña Javitt, le permitirá al país norteamericano dejar de importar petróleo a partir del año 2016 ó 2017, “pasará a ser exportador”. En este sentido, según los cálculos previstos, de 10 millones de barriles diarios que consumía Estados Unidos, han disminuido a 7 millones de barriles, y han logrado que países como Nigeria, el mes pasado, no haya colocado un sólo un barril de crudo en dicho país.
Esfuerzos de OPEP
El economista considera que una eventual reunión extraordinaria entre los países exportadores de petróleo, con la intención de evitar el descenso de los precios, no tendrá efecto sobre dicha situación. La razón, sostiene el catedrático, está determinada por la una reducción en la demanda del crudo en los próximos años y el alza en la producción de los países del Medio Oriente.
Además, reseñó las declaraciones emitidas por el Ministro de Petróleo de Kuwait, Ali al-Omair, quien considera “improbable” la reducción de la producción de petróleo por parte de las OPEP. De igual forma, señaló las declaraciones del representante del gobierno extranjero quien indicó que un barril de petróleo entre 76 ó 77 dólares, evitaría un descenso más pronunciado. Sobre esto, Javitt explicó que, un barril de petróleo por el orden de 86 dólares, representaría un problema para el país e indicó que se necesitaría que el barril del petróleo esté en 117 dólares para costear el déficit fiscal.