Utiliza pedazos de alimentos para crear paisajes increíblemente realistas y complejos, escenarios que nos permiten retroceder, como máquina del tiempo, a la época de Hansel y Gretel o de Willy Wonka y la fábrica de chocolates. Carl Warner, artista y fotógrafo, publicista y soñador, convierte cualquier ingrediente gastronómico en magníficos contextos, en imponentes obras de arte
Con pan es capaz de hacer montañas, con pepinos, troncos de árboles. Recopila elementos de pieza culinaria para transformarlos en extraordinarios y coloridos paisajes. En su obra, más que pinceles y lienzos, más allá de óleos o acrílicos, utiliza frutas frescas, verduras, carne, quesos, embutidos, dulces, en fin, cualquier ingrediente del mundo gastronómico puede convertirse, dentro de su propuesta, en una suerte de infinita paleta de colores.
Y es que, la fotografía de alimentos indudablemente se ha convertido en un atractivo visual inherente al ser humano y a su apetito, sin embargo, hay quienes llevan a otro nivel este apasionante tema, ahí está el increíble trabajo de Carl Warner, un artista británico tocado por la “varita mágica” de hacer con sus manos estas recreaciones, detalles ganados al arte, en todas sus dimensiones.
Su obra sugiere originalidad en medio de la cotidianidad, sólo que en esta oportunidad bajo una óptica diferente, no sólo alimentos para comer, se trata de piezas que reviven historias como las de Hansel y Gretel o de Willy Wonka y la fábrica de chocolates. Buques que navegan hacia el horizonte, luchas en mares tormentosos, la Gran Muralla de China, bosques y montañas, es decir, su trabajo, tan llamativo como original comienza a cautivar la atención de millones de personas en todo el mundo.
“Foodscapes” es el nombre de la propuesta de Warner, un proyecto fotográfico que inició hace aproximadamente 10 años, que logró encaminar gracias a sus conocimientos en el área de la publicidad y su afición por casi tres décadas a la fotografía. Pero su carrera fue gestándose poco a poco, desde finales de los años 80 comenzó a buscar algo diferente, un estilo que le inyectara vida a su negocio.
Su primera imagen fue “Mushroom Savanna”, la recreación de un valle de champiñones y así, fue trabajando durante una década en distintos escenarios. Hoy, Carl Warner diseña sus piezas en su estudio ubicado en Londres, Inglaterra y cada escena es tomada por capas desde el primer plano, el cielo hasta cada uno de los detalles, todo esto se combina al final con un minucioso proceso de post-producción para lograr el increíble resultado final. Sus nuevas piezas están destinadas a fomentar una alimentación saludable entre los niños , “yo uso mi trabajo como un vehículo para llegar a los más pequeños y hacerlos pensar en lo que están comiendo”.