La risa y la comedia se apoderaron de Biotel Suites el pasado viernes, cuando el humorista Juan Carlos Barry dio vida a El Machazo, un peluquero con actitudes muy femeninas, cuyo mensaje al público era la tolerancia y el respeto.
Barry ha interpretado por mucho tiempo este personaje, de hecho es su favorito. «Cuando creé el personaje, hace ya 18 años, jamás me imaginé que se volviera tan popular entre el público venezolano. Para mí, es un peluquero que no le falta el respeto a los peluqueros», comentó.
El Machazo es un personaje inspirado en una película norteamericana llamada Shampoo, «cuando vi el largometraje, me impresionó cómo el peluquero podía ser tan femenino y aún así, poder seducir a sus clientas y enamorarlas, eso me demostró las dos dimensiones que puede tener un personaje».
Juan Carlos Barry se enorgullece al pensar que su personaje ha servido de inspiración para otros humoristas venezolanos, «ha sido una tendencia del humor, intercalar lo femenino con lo masculino sin caer en la aberración y en la falta de respeto», dijo el humorista.
Es necesario entender que El Machazo, más que un personaje es un reflejo de la realidad, «él ha evolucionado, acompañado de la realidad venezolana, también ha pasado por la inseguridad, las colas, la escasez y se sirve de eso para reírse de sí mismo».
Humor como herramienta de unión
«Yo soy el instrumento de Dios para hacer reír», comentó Juan Carlos Barry. Efectivamente, el humorista cree que el humor «une» a las personas y es herramienta de cambio, «todos se ríen en mi show, no importa el color o su forma de pensar debido a que todos vivimos en la misma realidad y nos identificamos con ella. Yo he comprobado que la gente tiene sed de reírse, necesita hacerlo», explicó Barry.
El comediante realizará próximamente una gira con Honorio Torrealba Jr, por Estados Unidos empezando en la ciudad de Miami, para estrenar su obra Jel-Mi, escrita por Honorio Torrealba y que plantea la situación del venezolano en el exterior, cómo pueden mantener las raíces con Venezuela.
Para él, la posibilidad de irse del país le causa escalofríos, porque «admito que nunca me he cerrado a la idea de irme a trabajar a otro país, pero yo amo a Venezuela y si me voy será por poco tiempo».