Organizar un perfil de Ramón Guillermo Aveledo parece fácil para una nota periodística, pero a medida que se va conociendo su vida pública la tarea se complica por la enorme actividad política que ha desarrollado desde su egreso del colegio La Salle de Barquisimeto donde tuvo los primeros contactos con el socialcristianismo.
Aveledo será homenajeado por la sociedad civil de la región larense, hoy, en un acto público que tendrá como escenario el Teatro Juares de una ciudad que ha sido testigo de excepción de una intensa carrera política y de su actuación como máximo dirigente de la llamada Mesa de la Unidad.
Nació en Barquisimeto el 22 de agosto de 1950. Abogado egresado de la Universidad Central de Venezuela, cursó estudios en el colegio La Salle, en el liceo Lisandro Alvarado y en el City London College de Londres. Ha sido militante de la Democracia Cristiana desde su adolescencia donde destacó como dirigente estudiantil y desempeñó numerosos cargos en la organización hasta llegar al Comité Nacional de Copei, no sin antes haber formado parte de la dirección nacional de la JRC.
Fue secretario privado del presidente de la República Luis Herrera Campins entre 1979 y 1983. En una oportunidad fue presidente de Venezolana de Televisión. Ocupó igualmente la secretaría ejecutiva de la Organización Democrática Cristiana de América Latina y la Dirección General Adjunta del Secretariado Latinoamericano de los Derechos Humanos, entre otras responsabilidad adquiridas por un sólido compromiso social asumido con una gran vocación de servicio público.
En la comunicación social, Ramón Guillermo Aveledo ha sido muy tenaz, no solamente para compartir sus experiencias personales e ideológicas con el gran público, sino también para la crítica constructiva y el ofrecimiento de alternativas válidas en beneficio de la sociedad civil. Su nombre ha estado en las páginas de muchos diarios, entre ellos EL IMPULSO donde publica sus columnas.
Autor de muchos libros de contenido socio-político, Ramón Guillermo Aveledo ha sido un estudioso de nuestra historia contemporánea con análisis enjundiosos sobre los acontecimientos más relevantes del continente y más allá de las fronteras patrias.
En una oportunidad fue candidato a la Gobernación del estado Lara y mucha gente dijo que habíamos perdido la magnífica ocasión de tener a un gobernador de lujo, al conocerse la decisión de los electores en la consulta electoral.
En una referencia al poder político y a su ejercicio, Aveledo hizo una reflexión que hoy tiene una gran vigencia. Dijo que “mandatario es una palabra que usamos frecuentemente con una idea equivocada del vocablo. Mandatario no viene de mandar, viene de mandato, es quien recibe un mandato, el encargo de hacer algo para otro”. Bajo ese concepto, tal vez el mensaje de Aveledo en esas elecciones regionales no fue bien entendido o no llegó con la suficiente fuerza para conseguir un triunfo como muchos esperaban. “En una democracia –advertía RGA- el gobernante es el mandatario y el ciudadano el mandante”.
Para los politólogos que comienzan, y los que ya están en ejercicio, casi es de obligación leer las publicaciones de este abogado barquisimetano. Su experiencia se ha enriquecido con el tiempo y es fuente de consulta para poder entender la historia nacional, especialmente de las últimas décadas.
Como presidente de la Mesa de la Unidad, Aveledo hizo lo indecible para conseguir diálogos y consensos en la diversidad de sus interlocutores. Unas veces lo consiguió, otras no y cuando anunció su renuncia a la MUD, no pudimos menos que recordar unas palabras suyas pronunciadas meses después de haber dejado el gobierno del presidente Herrera.
“Soy responsable de todos y cada uno de los actos de la administración de Luis Herrera. De cada equivocación y cada omisión. De los que se cometieron en la mañana, por la tarde y por la noche. De los que supe y de los que no supe. De los grandes y de los pequeños. De los perdonables, si los hay, y de los imperdonables, si los hay. Soy responsable de todo, todo, todo, sin excepción”.
A veces, sin quererlo, la caprichosa historia parece repetirse cada vez. Ramón Guillermo Aveledo es, en definitiva, un gladiador de la política venezolana.