Una «evolución darwiniana» permite a los tumores adaptarse a los tratamientos. Y aunque éste es un mecanismo bien conocido en las infecciones y su resistencia a los antibióticos, por primera vez ha sido descubierto en pacientes de cáncer de mama.
La investigación, que publicará en breve la revista «Nature», ha sido presentada por el director médico del Memorial Sloan-Kettering Cancer Center (EE.UU.), el español José Baselga, que participa en el simposio internacional ‘Terapias oncológicas avanzadas’, organizado por la Fundación Ramón Areces.
El trabajo parte del estudio de un grupo de pacientes con cáncer de mama con la mutación PI3K, en quienes la terapia dio resultado, salvo una mujer cuyo tumor creció con mucha virulencia y que murió a los 10 meses, ha dicho Baselga, presidente de la mayor organización científica de cáncer del mundo, la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer.
La autopsia del tumor permitió observar veinte áreas con tumor (pulmón, ganglios linfáticos…), en algunas de las cuales habían seguido proliferando las células malignas y otras aún respondían al tratamiento. A continuación se hizo una secuenciación de los lugares donde progresaban y se descubrió que todos ellos tenían una mutación de un nuevo gen -el PTEN-.
Proteína que bloquea
«Lo fascinante era ver que en cada sitio donde había crecido, la mutación era distinta, pero todas llevaban a una pérdida de la proteína que hace que el medicamento deje de funcionar», ha añadido el oncólogo catalán. El tumor de la paciente fallecida también se inyectó en ratones -las células cancerosas seguían creciendo- y cuando el equipo de investigadores combinó un tratamiento contra el PTEN y el PI3K, éstas desaparecieron.
El concepto es que «podemos diseñar tratamientos para prevenir esta resistencia. Vamos a empezar un estudio clínico combinando los inhibidores de ambos (PTEN y PI3K)». En definitiva, hay «una evolución darwiniana» que permite al tumor adaptarse a los tratamientos.
Según el director médico del Hospital Memorial Sloan-Kettering, hay tumores de mama como el de esta mujer que son sensibles al tratamiento hormonal y que un día determinado dejan de responder. «Aún se estudia en quinto de Medicina que este tipo de cáncer se divide en hormonosensibles y hormodependientes: esto es falso».
Por contra, se ha visto que los enfermos que dejan de responder a hormonas lo que hacen es adquirir mutaciones del receptor propio «que las hacen completamente independientes de los estrógenos, pero el receptor sigue funcionando. El tumor sigue siendo hormodependiente, es como una persona fan de un club de fútbol, lo será hasta la muerte», ha añadido Baselga.
La manera de atacar estos tipos de cáncer es el diseño de fármacos para disminuir los niveles de receptores (degradadores). Ya se han empezado los ensayos clínicos y el centro del oncólogo español ha creado una compañía que ya trabaja en moléculas. «Estamos definiendo los mecanismos de resistencia, no es una tarea fácil, pero empezamos a tener un mapa de cómo estudiarlo», ha concluido.