Los Niños Cantores de Lara y la Cantoría Juvenil de la citada institución, se lucieron en sus presentaciones efectuadas en Margarita entre el 7 y el 12 de octubre. Varios fueron los escenarios elegidos por los organizadores del 15° Festival Internacional Julio Villarroel Quijada.
La Casa de la Cultura de La Asunción, la Universidad Corporativa Sigo y el Colegio Domingo Savio, recibieron las voces de los talentosos niños y jóvenes larenses, quienes estuvieron dirigidos por la profesora María Carolina Lara (Niños Cantores) y Pablo Mogollón (Cantoría Juvenil).
La travesía se inició el martes 14 con la inauguración del festival y el encuentro de los coros en la Universidad Corporativa Sigo. El día miércoles, la Casa de la Cultura de La Asunción fue la sede del concierto que ofrecieron los 32 cantores con edades entre los 9 y 15 años. El jueves tuvo lugar el concierto de gala en la Universidad Corporativa Sigo. Un nutrido público aplaudió la impecable actuación de los intérpretes.
El repertorio para el festival contempló las obras Ne menj el! de Béla Bartók (Hungría), Ave María de Antonio Estévez (Venezuela), Festive Alleluia de Lyn Williams (Canadá), Piano Pianísimo de Cristina Ganzerla (Italia), Cosy Cat Nap de James Kirlup con arreglos de Miklos Kocsár (Hungría), Las cuatro tablas, poesía de Jesús Rosas Marcano y música de Alberto Grau, Yo invento de Jesús Rosas Marcano con arreglos de Modesta Bor, Las cosas bellas de Lara de Virgilio Arrieta y arreglos de Jesús Cordero, Montilla, folclore larense con arreglos de Jesús Cordero.
El viernes, en el Colegio Domingo Savio de La Asunción, culminó la serie de presentaciones. Ese día se produjo un cálido encuentro musical entre los Niños Cantores y la Coral Domingo Savio. Acompañaron a la delegación la pianista Mayra Alejandra Riera, el cuatrista Jean Carlos Valderrama y el percusionista Deiger Estenislao.
El maestro Julio Villarroel, expresó que más que un festival se trata de la Bienal Musical de Venezuela que se celebra desde hace tres décadas. “Somos el pilar fundamental del movimiento coral venezolano. Más de 25 agrupaciones nos visitan. Se inscribieron más de 40 pero se hizo una selección”. Mencionó que el público quedó totalmente satisfecho con el talento de las corales participantes.
“El festival nació a un año de la muerte de mi padre, Julio Villarroel Quijada. Ser parte de un coro significa aprender muchos valores, ser colaborador, tener disciplina, practicar la hermandad y la amistad, respetar y no pensar mal de los demás. Cantamos con amor y honestidad”.