El periodismo nacional está de luto. Ayer, víctima de un paro cardíaco dejó de existir Omar Lares, uno de los últimos colosos de una generación de talentosos hombres y mujeres que enaltecieron un oficio al cual le dedicaron toda su vida.
Omar era un todo terreno, pero sobre todo un cronista capaz de escribir con autoridad sobre cualquier deporte, aunque con mucha preferencia sobre el béisbol convirtiéndose en el primer comentarista que tuvo el pasatiempo en Venezuela, junto a Pancho Pepe Cróquer, uno de los grandes narradores con los que compartió micrófono. Podía reseñar con singular prosa un partido de fútbol o un combate de boxeo, porque fue testigo de excepción de las grandes hazañas del siglo XX.
Había nacido en Valera, pero desde muy joven se marchó a la capital de la República. Después de escribir en algunas publicaciones dedicadas al deporte llegó a la redacción de El Universal hace 50 años desempeñándose como redactor y luego fue jefe de las páginas deportivas.
Autor de dos columnas de opinión, publicadas los jueves y domingos en El Universal, Omar Lares hizo de cronista de la alta sociedad de Caracas con una proyección internacional que lo llevó a entrevistar a grandes figuras del cine y la televisión como Sofía Loren o Brigitte Bardot, Claudina Cardinales y hasta Grace Kelly, quien más tarde se convirtió en la Princesa de Mónaco. Además pudo hablar con protagonistas del mundo político como Augusto Pinochet, entre otros.
En su larga trayectoria profesional formó parte del directorio del Instituto Nacional de Hipódromos y fue en su gestión cuando se contrataron a las mejores jocketas del mundo, quienes vinieron a actuar en Caracas.
Hace algunos años el corazón de Omar le dio un gran susto, pero en aquella oportunidad salió airoso del percance, hasta ayer, cuando perdió el último round de su valiosa existencia.
¡Se cansa uno!, como solía decir al término de sus crónicas.