El paciente originario de Guinea-Conakri, internado y aislado en Brasil, no tiene ébola, según informó el sábado el ministerio de Salud tras obtener los resultados del primer examen.
«El ministerio de Salud informa que el examen para diagnóstico del paciente sospechoso de infección por el virus ébola tuvo resultado negativo», indicó el ministerio en un comunicado, y aclaró que se realizará una nueva prueba de verificación en las próximas 48 horas.
«Su estado de salud es bueno, no presenta fiebre y sigue en aislamiento total en el Instituto de Infectología Evandro Chagas, en Rio de Janeiro (sudeste)», agregó el ministerio.
Las autoridades de salud explicaron que, en caso de que el segundo examen también descarte ébola, el paciente saldrá del aislamiento y el sistema de vigilancia de las personas con las que tuvo contacto será desmontado.
La nueva muestra de sangre será tomada el domingo y enviada para análisis a un laboratorio especializado en Pará (norte), el mismo en donde se hizo la primera prueba y que pertenece a la red de salud del gobierno.
El hombre de 47 años llegó a Brasil procedente de Guinea-Conakri, desde donde salió el 18 de septiembre, con escala en Marruecos y con destino final en el aeropuerto de Guarulhos, en Sao Paulo, el 19 de septiembre. Se descartó que hubiera ingresado por tierra desde Argentina, como habían informado previamente medios de prensa.
El guineano se encontraba en la ciudad de Cascavel (a 498 kilómetros de la capital de Paraná, Curitiba, sur) y acudió la tarde del jueves a un centro de salud de la zona tras asegurar que había presentado un cuadro febril.
Las autoridades indicaron que no presentó vómitos, diarrea ni hemorragia. El viernes fue trasladado en un avión de la Fuerza Aérea de Brasil desde Paraná hasta el Instituto Nacional de Infectología Evandro Chagas, en Rio de Janeiro, siguiendo los protocolos de seguridad.
Guinea es uno de los tres países de África Occidental, junto a Liberia y Sierra Leona, más afectados por la epidemia de ébola, que ya ha matado a 4.033 personas, según el último balance de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los síntomas de la enfermedad son fiebre, diarrea, vómitos, además de fuertes dolores musculares y de articulaciones. Se transmite por el contacto con fluidos corporales de una persona infectada o al tocar el cadáver de una víctima.
