“Justicia y… paz”
El hecho de que sigan viviendo tantos seres humanos en nuestro planeta demuestra que el mundo tiene como fundamento, no ya la fuerza de las armas, sino la de la verdad y del amor.
Donde está el amor, allí también está Dios”. Gandhi… El Alma Grande de la India y del mundo.
Venezuela, la patria inmensa, la tierra amada, el terruño que no estamos dispuesto a abandonar, está dolida cual madre amorosa a quién le asesinan sus hijos, o se los hieren dejándolos discapacitados, en la mayoría de los casos.
Crímenes que son calificados como abominables son cometidos cotidianamente.
Pareciera que los cuatro jinetes del Apocalipsis galopan por polvorientos caminos así como en las autopistas o, en las calles de caseríos, pueblos y ciudades; representados por la corrupción, el desabastecimiento, la impunidad y el abuso de poder; engendros de un mundo bizarro al cuál, podemos suponer, que nos lleva los errores cometidos y que tienen como consecuencia el aumento de las necesidades de la población; causando estragos entre los más desposeídos y, el crecimiento desmedido de la delincuencia que toca ya a las altas cúpulas del gobierno.
Tenemos la imperiosa necesidad de lograr el despertar de la conciencia colectiva. Tradicionalmente, hemos sido un pueblo honrado, trabajador, solidario y bondadoso; soportamos la guerra de independencia, guerras federales fratricidas, montoneras, golpes de Estado, infames dictaduras, fanatismos, guerrillas, invasiones, depresiones económicas, etc. Pero, desde la creación de la República, hemos defendido la libertad y la democracia como parte integral de los sagrados principios y valores que caracterizan a la mayoría de los ciudadanos que vivimos en esta Tierra Mágica donde arrullamos a los niños tarareando el Himno Nacional, porque su música proviene de… “una canción de cuna.”
Los venezolanos no nos acostumbramos a aceptar mensajes de odio, de rencor o de venganza contra nuestros conciudadanos. Las diferencias las redimíamos, al igual, que resolvemos las diferencias surgidas de una amistosa partida de dominó.
Tenemos diferencias de opinión, no somos enemigos. Las diferencias políticas las remediábamos en las elecciones y la mejor demostración es que las diferentes tendencias tuvieron oportunidad y llegaron al poder.
En la “Red de Instituciones Larenses” constantemente nos ocupamos de los diferentes problemas que aquejan a la región y al país; principalmente, los de inseguridad y los económicos. Por ello, hemos elaborado documentos, realizado foros, conferencias, conversatorios, etc., en la búsqueda del consenso en las posibles soluciones que hemos propuesto y, de otras de las cuales hemos tenido conocimiento; ha formado parte de nuestros objetivos y esto conlleva a fortalecer nuestra unión en el marco del altruismo y ausencia de intereses personalistas demostrados.
#LaraEsImpulso. El poder de la comunicación es fundamental. Defendamos a… “El Impulso.”