Por noveno año consecutivo el Ejecutivo asignó a las universidades un presupuesto deficitario que compromete, aún más, la crítica situación financiera que vienen arrastrando y que se revela en la fuga de talento, descenso de la investigación y baja calidad.
«El presupuesto está diseñado para cancelar salarios y cumplir las providencias estudiantiles. No está estimado para la investigación y el desarrollo», denunció el Vicerrector Administrativo de la Universidad Simón Bolívar, William Colmenares.
En el anteproyecto de presupuesto las autoridades de la USB solicitaron Bs. 3.500 millones, pero el viernes les ordenaron reformular el proyecto porque solo les aprobaron 894 millones, apenas 26% de sus requerimientos».
El déficit, relató Colmenares, obligó a la USB a presupuestar solo diez meses, sin todos los beneficios laborales a tabla 2013, «sino el saldo es negativo».
En la Universidad de Los Andes fue la misma historia. El anteproyecto de presupuesto calculado en 6.628.849.600 Bs «para un funcionamiento óptimo». Sin embargo, les autorizaron 2.508.344.802 Bs. El rector, Mario Bonucci, cuestionó que ese monto representa 37,8 por ciento de lo solicitado.
El rector se quejó porque la asignación presupuestaria para gastos de funcionamiento ascienden a 178.730.923Bs, lo cual representa menos del 10% por ciento del presupuesto, «una institución con unos gastos de funcionamiento inferiores al diez por ciento no puede funcionar adecuadamente».
La situación de la USB es igual de crítica, de acuerdo a Colmenares, del presupuesto asignado 5% es para funcionamiento. «Es decir, es monto será para comprar desde desinfectantes hasta comprar una computadora. No hay fondos para las verdaderas funciones de la universidad».
En el caso de la Universidad de Carabobo también les aprobaron 26% de lo solicitado, es decir, 2 millones de bolívares.
«Lo más grave de este presupuesto es que nos obligan a programar solo siete meses porque la tabla salarial es de 2013 y los fondos no alcanzan», explicó el Vicerrector Administrativo, José Ángel Ferreira.
Cuestionó, que apenas resta 10% para funcionamiento. «No hay recursos para la investigación y extensión. Es decir, la esencia de la universidad».