En la casa del conde Bardi, en Florencia, Italia, en los últimos años del siglo XVI, se reunían filósofos, literatos, poetas, músicos, en una agrupación ala cual dieron el nombre de Camerata, con la finalidad y propósito de hacer renacer los antiguos dramas griegos. Muchas fueron las reuniones a las que entre otros asistían Vicenzo Galilei, padre de Galileo Galilei, el poeta Ottavio Rinuccini, el músico y cantante Jacobo Peri.
Se comentaba el renacer de las artes plásticas y de la arquitectura; a este renovado que hacer le daban el nombre de renacimiento. Entonces se leía a Platón, Sócrates, Aristóteles, porque sus obras habían sido traducidas; y fueron muy conocidas las obras de Sófocles, Píndaro, Eurípides.
Se conocía que los dramas griegos se basaban en la mitología de dioses y de héroes. Se presentaban en anfiteatros y la orchestra costaba de pocos instrumentos: la lyra, la kithara de siete cuerdas, pero sin diapasón, el aulos o flauta de dos tubos, instrumento preferido por los griegos. Sostenían que no podía haber poesía sin música. De modo que la melodía debía seguir la métrica de los versos. Tenían conocimiento que los griegos poseyeron una avanzada teoría de la música. Que conocían las tonalidades por ellos descubiertas, y que las letras del alfabeto les sirvieron para denominar los tonos. Pero como nada de lo expuesto se hubo de escribir, la música se fundamentaba en la tradición. Por estas lamentables razones, todo el caudal compositivo de la música griega se perdió, hasta el punto de no encontrarse ni vestigios
El poeta Rinuccini, para elaborar un libreto, escogió la leyenda de la lucha de Apolo con el dragón Phyto. El libreto, pensaban, tenía todas las características para hacer renacer el drama griego. El músico Peri le hizo la música. La orquesta estuvo compuesta por un clavicémbalo, un laúd, un chitarrone y violines. Al todo le dieron el nombre italiano de ópera (obra) y la titularon: Dafne, un drama per música. En 1594 se presentó en la casa del conde Corsi. Su éxito fue total y hubo necesidad de representarla tres o cuatro veces durante las semanas siguientes. La partitura musical se perdió, no así el libreto del poeta Rinuccini. Con Dafne se inicia en Florencia una obra profana cantada. Los florentinos de la Camerata creían haber revivido con esta obra el drama griego, pero, en realidad, lo que consiguieron, tal vez sin proponérselo, fue crear un nuevo género musical. Desde entonces este modelo de música y teatro se ha mantenido y los italianos son, con propiedad, los grandes compositores de óperas.
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