El incremento de la tasa de desempleo juvenil se ha visto influenciado seriamente por la crisis económica y social que atraviesa Venezuela. Alrededor de 17, 2 por ciento de las personas entre 15 y 24 años de este país, no tienen una ocupación laboral, situación que genera preocupación y muchos de ellos deciden emigrar.
La falta del estímulo a la inversión, de seguridad jurídica y hasta ciudadana genera un clima no muy favorable para los jóvenes venezolanos. Para el docente universitario Jesús Orlando Perozo las generaciones de relevo les cuesta ingresar al campo laboral por diversas razones.
Señala que en las estadísticas para el Estado cualquier empleo informal pasa sumar la lista de trabajadores del país y que a su juicio la mayoría de los jóvenes no cuenta con un cargo digno.
La Ley del Primer Empleo que promueve afectos a la oposición, así como la Ley del empleo Joven Productivo propuesta por el presidente Nicolás Maduro se han quedado como proyectos. Mientras tanto, los más afectados apuestan a la suerte, a salir del país y hasta por un cambio radical en las políticas públicas para poder lograr una estabilidad laboral.
Alegan que más allá de un instrumento jurídico que respalde la ocupación laboral de los jóvenes debe existir la garantía de apertura y consolidación del sector productivo del país.