En el Banco de Sangre del Hospital Central Antonio María Pineda, todos los días hacen magia para resolver la gran demanda que existe en el centro de salud, mucho más cuando se agudiza el déficit de personal y de donantes.
Aún así, no descansan y despachan todo lo que es requerido por los centros de atención médica.
Según la Organización Mundial de la Salud por cada mil habitantes deben existir 45 donadores de sangre. En este sentido, solo en Barquisimeto, cuyo promedio de habitantes es de un millón quinientas mil personas, sería necesaria la existencia de 67 mil 500 donadores, pero la realidad es otra.
El año pasado, entre todos los bancos que funcionan en la entidad se contabilizaron alrededor de 30 mil donantes, lo que quiere decir que existe un déficit de más del 100%.
El doctor Emir Roa, director del Banco de Sangre, indica que a diario registran de 100 a 120 pedidos y que reciben de 50 a 70 donadores, de los cuales solo quedan aptos entre 40 a 50.
“Las colas han mermado un poco, la gente antes amanecía, ahora se vienen temprano, pero son atendidos en la mayor brevedad. Son recibidos por los hemoterapistas, quienes se encargan de chequear o verificar si la persona es apta o no para la donación”, comenta Roa.
El especialista indica que actualmente cuentan con 13 trabajadores que laboran en diferentes turnos y otros 17 se encuentran en reposo y desincorporados. El déficit en el área es del al menos 20 personas, situación que perjudica la atención de las personas que van desde bien temprano a donar sangre.
Cabe destacar que la sangre que es procesada no dura en los almacenes del Antonio María Pineda, más de dos días, porque la misma es despachada a toda hora.
