Años han pasado y en La Morita, caserío del municipio Simón Planas, el asfaltado es ya un recuerdo furtivo.
El paso del tiempo y la falta de mantenimiento oportuno han dejado la vialidad de esta zona completamente destrozada. El asfaltado prácticamente ha desaparecido de las calles dejando como rastro el cúmulo de piedras y tierra.
Claribel Rodríguez, habitante de La Morita Vieja, indicó que se les dificulta salir de sus casas, sobre todo en tiempos de lluvia, cuando las calles se transforman en un barrial. Muchas veces los carritos por puesto, que hacen el transporte en el sector, no llegan a realizar el recorrido completo por temor a que su vehículo quede en el camino.
Alrededor de 400 familias se ven perjudicadas con esta situación, así como los transportistas que transitan por el caserío y varias veces al día deben atravesar las calles en pésimas condiciones.
Rafael Castillo, miembro de la línea La Morita de rapiditos, indicó que con tan mala vialidad los carros se dañan con mayor frecuencia.
“Los cauchos, muñones, terminales, todo sufre con tantos huecos y tierra. Con la lluvia muchos se han quedado atrapados y prefieren no circular para cuidar su carro que es la herramienta de trabajo”.
Algunos vecinos, han tomado la solución por sus propios medios y con materiales sobrantes de sus construcciones, tratan de reparar los huecos más pronunciados, sin embargo cuando cae alguna lluvia, el agua empozada vuelve a abrir la tronera en la vía y el trabajo queda desecho.
Otro de los problemas que padece esta comunidad es la falta de red de cloacas. Por años han esperado que la hidrológica instale las tuberías de aguas negras y por más peticiones y comunicados que envíen, no han recibido respuestas.
Actualmente, utilizan pozos sépticos para poder hacer sus necesidades, sus baños aún no pueden contar con un espacio moderno y digno de una ciudad en desarrollo.
En cuanto a las aguas blancas, aunque llegan de manera regular, cuando cae un aguacero las tuberías colapsan y termina desbordándose el vital líquido.
Desde La Morita esperan ser atendidos por el gobierno municipal o local y que las promesas terminen para convertirse en hechos palpables y concretos.