El parque ubicado a un lado de la redoma de El Obelisco se convirtió en una muestra más de la negativa práctica que se tiene sobre obras públicas inauguradas pomposamente y, en poco tiempo, dejarlas abandonadas, sin mantenimiento, incluso a expensas de los delincuentes.
Los primeros días el sitio era muy visitado por niños y adultos que disfrutaban observando a los patos nadando en la laguna artificial, las fuentes de agua, la pequeña cascada, las réplicas del mamut o los flamingos gigantes, o disfrutando de la brisa bajo la sombra de los kioscos allí instalados o en la tarde descansando sobre la grama aún verde.
Incluso, el pequeño parque llamaba la atención de los viajeros que pasaban por la redoma.
Pero la belleza duró poco, pues desde la Alcaldía de Iribarren, aparentemente, se olvidaron de su existencia y por ende de la necesidad de darle mantenimiento.
De pronto desaparecieron los patos, las figuras de los animales presentaban daños, la grama se secó por falta de agua, las fuentes dejaron de funcionar, la laguna se secó, igual la cascada, la bomba se la robaron y gran parte de las instalaciones fueron destrozadas por antisociales.
“Esto estaba muy bonito; yo venía aquí con mi nieta que disfrutaba viendo nadar a los patos; lamentablemente, como todo aquí, no le dan mantenimiento a las obras”, dijo una señora que cruzaba lo que queda del parque.
Llama la atención que la anterior administración de la Alcaldía de Iribarren recuperó las áreas verdes de la redoma de El Obelisco, pero no hizo nada por el vecino, sitio de entretenimiento ubicado en plena puerta de entrada a Barquisimeto.
Se espera que desde la administración municipal actual sí se preocupen por su recuperación para que pueda ser visitado nuevamente por las familias vecinas del emblemático obelisco.
