Habitantes de la comunidad 23 de Enero parte baja, al este de la ciudad, aseguran que la empresa Hidrolara convirtió en un verdadero desastre las calles del sector, específicamente la carrera 2 y la calle 1 A. Hoy ambas vías son lo más parecido a una zona de guerra.
Hace tres meses, el ente adscrito a la gobernación del estado Lara, comenzó a sustituir los cachimbos y a reparar la red de cloacas, porque las aguas negras colapsaban con frecuencia, pero según Mery Salas “el daño fue peor que la enfermedad” pese a que destruyeron por completo la capa asfáltica, lo único que “adorna” el sector son zanjas, y botes de aguas blancas tras la ruptura de al menos tres tuberías.
Los trabajos inconclusos generan malestar entre las familias. A diario se quejan de los efectos del polvo, los más perjudicados hasta ahora son los niños y adultos mayores que comenzaron a sufrir alergias, así como también enfermedades respiratorias. Mientras que las vías llenas de obstáculos les impide salir o llegar a sus hogares rápidamente.
Cecilia Méndez, una de las vecinas, comentó a EL IMPULSO que los conductores también sufren las consecuencias. Deben ingeniárselas para movilizarse entre los huecos que van de punta a punta, pero otros ni siquiera hacen el intento por las pésimas condiciones del pavimento.
Se pudo conocer que algunos propietarios tienen los carros barados en los garajes, prefieren antes que forzarlos en el trayecto. Méndez comentó que todos los choferes cambiaron sus rutinas y para evitar que sufran, los encienden o calientan en las mañanas, y luego salen caminando.
La situación para los comerciantes de la zona es similar, varias personas se vieron obligadas a cerrar debido a que la movilidad es toda una proeza.
La señora Erika Jerez, cerró el taller de latonería y pintura, porque ninguno de sus clientes quiere ingresar al sector. Ante el desagradable escenario, la colectividad hizo un llamado a la empresa para que agilice la obra. “Estamos hartos de vivir así, lo único que pedimos es una solución. La prioridad es el asfaltado”, destacó la señora Salas.
Reina la improvisación
Los vecinos alegan que varios litros de agua se pierden todas las noches cuando restablecen el servicio, y aunque en varias ocasiones han denunciado el caso, las cuadrillas de la Hidrológica brillan por su ausencia.
Méndez, aseveró que el problema lo causó el mismo personal que desempeñaba funciones, al romper varias tuberías, sin embargo se hicieron de “la vista gorda”.
Iluminación y vigilancia
Al caer la noche, las calles se quedan a oscuras y esta situación la aprovechan los delicuentes para cometer sus fechorías, por esta razón los habitantes de la zona exigen a Corpoelec la sustitución de los bombillos, arreglo de postes y la reparación en general del sistema eléctrico. Aparentemente este requerimiento lo han hecho en varias oportunidades, pero nadie les ofrece respuestas.
Afirman que también es importante el resguardo policial.
