Los 150 años del nacimiento del siervo de Dios, José Gregorio Hernández, significan motivo de fiesta para todos los venezolanos, más aún cuando existe la posibilidad, aunque la Iglesia lo maneje con mucha cautela, de que la oportunidad sea aprovechada por el Papa Francisco para declarar su santidad.
José Gregorio, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla, nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, un pequeño pueblo trujillano.
Fernando Castro, obispo auxliar de Caracas y postulador de la causa de la beatificación, califica al Siervo de Dios como “una persona que vivió heroicamente las virtudes cristianas, como son la esperanza y la caridad”. Además, considera que para el pueblo es santo desde su muerte.
En realidad, el título de “El médico de los pobres”, como le llamaban, sobre todo en Caracas, por su abnegada vocación de servicio hacia los más necesitados, se expandió por toda Venezuela poco después de su trágico fallecimiento aquel fatal 29 de junio de 1919.
Durante su reunión con los periodistas, el padre Emiro Suárez calificó el acontecimiento del domingo 26 como un encuentro de alegría.
Con relación a las obras que desde hace meses se han venido adelantando en el santuario, dijo que están terminadas en 95%, por lo cual estarán listas para la fecha aniversaria.
Para ese acontecimiento no sólo están preparándose los habitantes de Isnotú sino de todo el estado Trujillo quienes de manera permanente rezan porque se haga efectiva la beatificación, para lo que sólo hace falta la comprobación científica de un milagro y así la Iglesia católica incluya a José Gregorio en el libro de los beatos, paso previo al de la canonización, tan pronto se compruebe otro milagro, una curación extraordinaria sin la intervención de la ciencia.
En el templo de La Candelaria, donde reposan sus restos, son continuos los relatos de curaciones atribuidas al Siervo de Dios, pero es necesario algo más para que la Iglesia católica los reconozca como milagros. Sólo en un año, 2013, se habló de 186 de ellos, o favores, como los considera el Vaticano.
Hace algunos meses se habló de otro milagro, o favor, atribuido a José Gregorio, en una mujer trujillana, el cual también fue recopilado y remitido a la Congregación para Causas de los Santos del Vaticano.
Pero lo que nadie puede negar es la fe que el pueblo venezolano, y de otros países, siente hacia el médico trujillano, lo cual, sin lugar a dudas, quedará ratificado el domingo 26 cuando acudirá hacia Isnotú para participar en la fiesta de alegría que significará la celebración del sesquicentenario de su nacimiento.
Jornada festiva
En rueda de prensa se dieron a conocer las actividades que se inician hoy en el estado Trujillo.
El padre Rubén Delgado, vicario general de la Diócesis de Trujillo, junto al padre Emiro Suárez, párroco de Isnotú, entre otros, informó que hoy disertarán sobre La vida y obra y el domingo inicia la semana de oración por la beatificación y catequesis en todas las parroquias.
Para el 17 está prevista la novena de oración, con misa especial, por la beatificación de José Gregorio, en el santuario de Isnotú.
El 18 será un festival diocesano con jóvenes y grupos de canto católicos, así como el bautizo del libro de Raúl Díaz Castañeda.
El domingo 26, día central de la celebración, habrá dos caminatas de devotos hacia Isnotú. La primera desde Valera, con 14 kilómetros, y la segunda desde Betijoque, de 10 kilómetros.
Se espera la asistencia de más de 50 mil personas procedentes de todas las entidades del país, y hasta del exterior, para orar por la oficialización, por la Iglesia, de José Gregorio como santo.