Las Huellas del Tiempo – En el Consejo de Seguridad

La reciente intervención del mandatario venezolano en la Asamblea General de las Naciones Unidas le ha puesto de relieve a la comunidad internacional en manos de quién se encuentra la jefatura del gobierno de Venezuela. Más allá que el auditorio ante el cual hablaba estuviera casi vacío, lo importante a destacar es que Maduro se limitó a repetir el ritornelo de Chávez y Castro, a saber: el fin del bloqueo a Cuba, la independencia de Puerto Rico, que termine la supuesta guerra contra la economía venezolana.
Pero lo erróneo de su intervención fue el ataque al Consejo de Seguridad de la ONU, en un momento en que Venezuela está aspirando a ser electo entre los diez países no permanentes que lo  integran. Venezuela presidió en una oportunidad el Consejo con su representante Diego Arria. En el 2001 tuvo que pasar por un trago amargo, pues siendo los candidatos latinoamericanos Venezuela, Guyana y la República Dominicana, los dos primeros se retiraron y era lógico que apoyaríamos a la nación quisqueyana, pero no se nos solicitó el voto de manera formal y el presidente Chávez voluntaristamente le dio el voto a México, que se candidateó a última hora.  La República Dominicana era el candidato ideal pues nunca había formado parte de ese cuerpo.
No se debe hablar de la democratización de las Naciones Unidas que en sus múltiples organismos se toman las decisiones por mayoría. Lo que debe plantearse es la eliminación del veto de las cinco potencias y el aumento de miembros, donde seguramente querrán estar de manera permanente Alemania, Japón, India y de los países africanos Egipto o Sur África. En cuanto a América Latina y el Caribe desde hace tiempo han manifestado su interés de estar en este organismo México, Brasil y Argentina. Venezuela manifestó en una oportunidad que apoyaría a Brasil.
El llamado “derecho de veto” nació en la Conferencia de Yalta al fin de la Segunda Guerra Mundial por proposición de Estados Unidos y lo respaldó inmediatamente la entonces Unión Soviética. Más de un autor de Derecho Internacional Público, ha señalado que este veto fue el precio que las pequeñas potencias tuvieron que pagar a las grandes para que la Organización de las Naciones Unidas existiera.
Venezuela está ejerciendo una presión inaceptable sobre los países del Caribe, los integrantes del ALBA y sobre Brasil, Argentina, Uruguay y Chile para obtener el apoyo necesario para salir electo. Detrás de la elección no hay propósitos claros. Con la designación como embajadora alterna de Venezuela en la ONU de una hija de Chávez, se habla de un propósito encubierto de Fidel Castro, que en buena parte decide los destinos de Venezuela, de lanzar a esta infanta como futura candidata presidencial de este país. El tema álgido para el Consejo de Seguridad sigue siendo la paz y la seguridad internacional, pero sobre todo la regulación de la venta de armas.