En Los Rastrojos, vecinos de Calle Nueva rezan diariamente para que llueva y no precisamente para mitigar el calor, sino para que lave la calzada inundada de aguas cloacales.
El insalubre escenario ya alcanza un mes, y pese a las continuas llamadas de los habitantes de esa populosa zona de la parroquia José Gregorio Bastidas, la hidrológica regional ha rezagado la reparación de la cloaca obstruida.
Teresa Jiménez, Edicson Jiménez y Senovia Piña, comentaron que ciertamente varias cuadrillas han concurrido a la zona, “pero solamente emplean una guaya y se van, para luego taparse a los días nuevamente la red cloacal”, aseguraron.
Olores nauseabundos
“Estamos cansados de reportar el colapso de las aguas negras, mientras nuestros niños no salen de una enfermedad”, reclamaron los vecinos de Calle Nueva.
Según relatos, por las noches los olores se intensifican, y los gases penetran en las casas cuyas aguas negras corren libremente por la calle desde la avenida El Cementerio hasta urbanización Almarriera, unas cinco cuadras.
Los afectados diariamente tienen que salir a drenar la calzada y algunos emplean mangueras para “medio lavar la calle”, eso sí, cuando tienen agua.
Urge fumigación
Sostienen que los zancudos en la zona son de proporciones prehistóricas “y pican duro”, adicionan.
Una palmada no mata a un zancudo de estos, atestigua una vecina, por lo que instan al Gobierno municipal realizar un operativo de desmalezamiento y fumigación en el sector.
Advirtieron que hay dos niños con dengue y una mujer de 29 años con síntomas de chikunguña, “pero que en el ambulatorio no quieren reconocer el padecimiento”.
Zona rural invadida
Pero Los Rastrojos en todos sus sectores no es la única zona de Palavecino que se encuentra atestada de monte y zancudos.
Los habitantes de la zona rural comenzando por El Placer hasta El Taque, La Montaña y El Palaciero, piden a gritos que tanto la Alcaldía de Palavecino como la Gobernación de Lara, ejecuten un operativo agresivo de limpieza, abatización y fumigación, pues la invasión de zancudos es de proporciones bíblicas.