Por más de diez años, los vecinos de la carrera 25 entre calles 9 y 10 han denunciado el colapso de las cloacas, pero ante la falta de respuestas por parte de Hidrolara decidieron protestar dos veces por día. De esta manera esperan llamar la atención de las autoridades.
En la mañana y al final de la tarde, las familias afectadas colocan tubos para evitar el paso vehicular. Juan Yánez aseguró que la iniciativa provoca malestar entre los conductores, pero el mal olor, los zancudos y los charcos de agua con sustancias fecales que se acumulan en las vías hacen necesaria la acción.
“El sector se convirtió en un foco de contaminación, pero a nadie le importa eso, ni a Maduro, ni a Henri Falcón, ni a Alfredo Ramos”, expresó el portavoz angustiado, pues son más de dos semanas las que anhelan una solución, o en su defecto la sustitución del colector principal que se tapa con frecuencia, lo cual suele generar caos en el sector del centro.
La situación es alarmante por cuanto el bote se registra en los cachimbos de ocho casas cercanas, “parece una seguidilla. Arreglan el bote y en corto tiempo empieza en otra residencia”, comentó al equipo de EL IMPULSO Luis Peña.
Algunos habitantes destacaron que la empresa dependiente de la Gobernación del estado Lara, el fin de semana pasado, envió una cuadrilla de trabajo, pero el personal ni siquiera se bajó del vehículo por no contar con la guaya y los implementos necesarios para solventar el daño de las tuberías.
Aseguraron que el consejo comunal fundado en la comunidad, sirve únicamente para brindar apoyo al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y no para gestionar mejoras. Hasta los momentos sus integrantes se mantienen en silencio.
Vale destacar que varios enfrentamientos se han suscitado en la zona tras la colocación de las barreras. Los insultos y las amenazas son frecuentes. Algunos han llegado hasta los golpes. A propósito, la colectividad pide la intervención de la hidrológica.