El humorista gráfico argentino Quino dijo en el 50 cumpleaños de Mafalda, su creación, que no cree posible que el mundo pueda celebrar, como este lunes, otro medio siglo de la historieta de la niña rebelde y contestataria.
«Y esperamos que Mafalda viva 50 años más…», le dijo con simpatía a Quino el presentador del homenaje alrededor de la estatua de la pequeña genio de tinta y papel, pero el creador respondió con su proverbial escepticismo.
«Por el estado en que está el planeta, no creo que lleguemos muy lejos. Mafalda salió bien porque la época en que lo hice era buena, aunque había conflictos como siempre. El ser humano es quilombero (revoltoso) por naturaleza», dijo el creador de uno de los cómics más famosos de la historia.
Joaquín Lavado (Quino, 82 años), premio Príncipe de Asturias 2014, celebró el cumpleaños sentado en un banco de plaza donde brilla la escultura de la legendaria criatura que dejaba helados y mudos a los adultos con sus preguntas y ácidas reflexiones.
Con candor y agudeza, la niña señalaba la perplejidad frente al horror de las guerras, la injusticia y la hipocresía en las relaciones sociales.
La novedad es que, al ser apagadas las 50 velitas de la niña, se sumaron al monumento en una calle de San Telmo las esculturas de otros dos personajes de la tira, a pedido de los vecinos.
En uno de los más antiguos barrios de Buenos Aires, ahora Mafalda es acompañada por Susanita, niña egoísta y egocéntrica, cuyo único sueño es casarse con un hombre rico y tener muchos hijos, y Manolito, el hijo del almacenero, encarnación del terrenal pragmatismo y del mercantilismo.
«Nunca pensé que Mafalda estaría vigente después de 50 años, me conmueve mucho este homenaje», había declarado Quino hace un mes al presentar la colección Mafalda para armar, destinada a las escuelas públicas de Argentina.
El dibujante ilustró también una publicación para las escuelas sobre los Derechos del Niño, con una tirada de 2.350.000 ejemplares en español y en siete lenguas de pueblos originarios.
A tal punto llega la veneración entre los argentinos por la niña irreverente e iconoclasta que forma parte de la Galería de Ídolos Populares de la Casa Rosada, el palacio de gobierno.
El personaje fue creado para una campaña publicitaria de electrodomésticos que finalmente nunca vio la luz, y luego reapareció publicado por primera vez el 29 de septiembre de 1964 en el semanario Primera Plana.
La tira pasó después al diario El Mundo hasta el 25 de junio de 1973. Las recopilaciones en libros fueron traducidos a 26 idiomas y sólo en Argentina se vendieron más de 20 millones de ejemplares.
Otro universo mafaldiano vive en los afiches, camisetas, bolsos, tarjetas, útiles escolares y todo tipo de productos que replican su imagen.