A las once de la mañana de ayer, habitantes del sector Brisas del Oeste, en el barrio Ruiz Pineda escucharon una ráfaga de tiros. Al asomarse no vieron a los “gatillos alegres” que generaron pánico por varios segundos, ni tampoco a alguien herido, razón por la cual le restaron importancia al hecho y continuaron con sus labores.
Después de varias horas, un vecino que caminaba a orillas del buco, adyacente a la manzana 10 de la comunidad, visualizó a un muchacho que estaba oculto entre los matorrales. Al ver el cuerpo boca abajo y ensangrentado que yacía en el suelo, informó de inmediato a los vecinos del hallazgo. Al mismo tiempo, dio parte a las autoridades.
Tras conocer la noticia, los curiosos rodearon el lugar, pero les costó identificar al occiso, porque era de otra zona. Finalmente, un allegado pudo reconocer a la persona: se trataba de William Antonio Jiménez Mendoza (22), quien recibió un balazo en la pierna derecha.
La esposa, Maikel Andreína López, recibió la horrible noticia. Afligida por la pérdida, narró a El IMPULSO que su compañero de vida salió a las 09:00 am de su residencia, ubicada en la Avenida Principal de Ruiz Pineda, para comprar el desayuno a sus hijos. Aparentemente, el hombre que se desempeñaba como ayudante de albañilería fue interceptado en el camino por los sujetos que le dieron muerte sin motivo, pues sus pertenencias se encontraban en el terreno desolado, pero nadie sabe lo que pasó.
Funcionarios de la Brigada de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), arribaron al sitio del suceso a las 03:30 de la tarde para realizar el levantamiento del cadáver, así como colectar las evidencias del caso e iniciar las investigaciones.
Familiares agregaron que era un hombre honesto, no tenía enemigos “de la casa se iba al trabajo y del trabajo para la casa”. Se pudo conocer que el fallecido deja en orfandad a tres hijos, de siete, cinco y tres años.