El lanzador derecho Raúl Rivero es la más reciente incorporación de Cardenales de Lara en la pretemporada del equipo que se desarrolla en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.
El cumanés es uno de los caballos de batalla del staff de lanzadores, debido a que puede desempeñarse como abridor o relevista y rendir de igual forma en cualquiera de los roles.
“Hoy es un día igual al resto. Hay que trabajar poco a poco. Apenas comienzo a ponerme a tono para agarrar el ritmo”, dijo a su llegada al estadio larense.
“Vengo a hacer lo que he hecho en años anteriores. Dar lo mejor de mi y ayudar al equipo para que todo salga bien durante la temporada”.
Sobre la posibilidad de ser utilizado como abridor de la jornada inaugural, Rivero aseguró que deja todo en las manos del mánager y el cuerpo técnico.
“Son decisiones que están en manos de los técnicos. Yo vengo a ayudar en lo que me necesiten y lo que ellos decidan hacer yo tendré toda la disposición para responder”, soltó el serpentinero.
Para Rivero no es problema abrir juegos, como tampoco lo es venir desde el bullpen en cualquier situación.
El criollo fue enfático al reiterar que no se complica en ninguno de los roles. «El béisbol es un deporte de oportunidades y tienes que aprovecharlas cuando se presentan, así sea de abridor o como relevista voy a dejar todo para aportar a la causa del equipo”.
Sobre su actuación en la liga de Italia, donde Rivero asumió un rol protagónico en la instancia decisiva, dijo que el trabajo que realizó rindió frutos.
“Trabajé a diario para tener un buen desempeño y gracias a Dios las cosas me salieron bien”.
En el último juego de la serie final entre el Fortitudo Bologna y el Rimini, Rivero solo permitió par de indiscutibles a la toletería rival, para convertirse en la figura principal y el jugador más valioso del choque que le otorgó el título a su organización.
Rivero se había desempeñado durante toda la temporada como el cerrador de su equipo. Sin embargo, el mánager le encomendó una misión que el diestro de 28 años asumió con gallardía, al colgar nueve ceros consecutivos para guiar el triunfo que otorgó un nuevo cetro a la galardonada organización.
“En el juego decisivo no esperaba que me dieran esa responsabilidad porque en toda la temporada actué como relevista, sin embargo, el mánager confió en mi, me dio la oportunidad y le pude hacer el trabajo”, rememoró.
En la temporada regular encabezó al equipo en efectividad con 0.68, además lideró el departamento de juegos salvados con seis.
Con Cardenales, en la zafra 2013-2014, terminó con una respetable efectividad de 3.77, registro de tres triunfos e igual número de derrotas en 14 juegos lanzados, 10 de ellos en calidad de abridor.