Para recordar: Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas… así menospreció Esaú la primogenitura” (Génesis 25:34).
Hoy, son numerosos los estudios que demuestran cómo los alumnos que desayunan tienen mayor rendimiento en la escuela, comparado con los que no lo hacen o los que lo hacen mal, venga de donde venga la orientación.
Según www.20minutos.es (España), (04/09/14), muestran que el desayuno debiera ser la comida más importante del día. Igualmente, señalan que “entre el 20 y el 40% de los niños, va al colegio sin desayunar –aunque tal vez la crisis económica tenga algo que ver en ello”. Finalmente, citan a La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) quienes sostienen: “Ir a clase sin haber desayunado favorece la obesidad infantil y afecta al rendimiento escolar”.
Esto último, está apoyado por estudios epidemiológicos, que reconocen el papel protector de algunos alimentos en el desarrollo cerebral. Y dicen: “Ante el inminente inicio del curso escolar, una dieta rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, aceite de oliva… tienen efectos positivos sobre la concentración, la memoria y el rendimiento intelectual” (Ídem).
Estas son investigaciones bastantes recientes, pero nos llama la atención, y sin tanta ciencia (porque estaba en “pañales”), la escritora norteamericana, Elena de White, escribió sobre este tema hace unos 118 años, quien dijo: “No debiera permitírsele (al niño) que elija el alimento que le plazca sin darle la debida nutrición. . . . Nunca permita que vaya a la escuela sin haberse desayunado. (Conducción del Niño, p.367).
Hay otros comentarios de la escritora que resaltaremos: 1) “El desayuno debe ser la comida principal (de las dos o tres del día), ya que el estómago está en mejores condiciones para digerir más alimento” (Ídem). 2) (Caso contrario al tema tratado) “Con frecuencia los padres cometen el error de dar a sus hijos demasiado alimento. Esos niños se vuelven dispépticos. Es esencial la moderación en el consumo, aun, de buenos alimentos… irán a la escuela, pero no podrán aprender todo lo que necesitan; pues el vigor que debiera ir al cerebro, se emplea en el alimento de más que sobrecarga el estómago” (Ídem).
Al igual que otros colegas articulistas, deseáramos contar con más espacio para referenciar mejor nuestros temas que tratamos, pero numerosas personas saben que por falta de papel, este Diario EL IMPULSO, se ha visto obligado a reducir espacios (páginas). Sin embargo, añoramos, con la ayuda de Dios, que esto cambie y continuar aportando “un grano de arena” para beneficio de nuestra población.
Hay un dicho que dice: “Por la boca muere el pez”. Aunque lamentamos lo deplorable de la situación de nuestro país, la cual está grave o difícil, damos gracias a Dios que todavía se consigue algo que comer; y por lo menos debemos promover que los hijos de Venezuela, del sistema escolar (en sus niveles y modalidades), desayunen, o evitar que: coman tarde en la mañana; un simple “guarapito con pan”; una arepa con mantequilla; o comida que llaman “chatarra”.
No hay nada mejor que lo que se hace en casa. Por ello, por unas lentejas, sabrosas y nutritivas, un hombre llamado Esaú perdió la primogenitura; confeccionadas por su hermano menor, de nombre Jacob.
Enseñemos a los niños (a los padres) el beneficio del desayunar y comer saludable y posiblemente habrá mejoras en el rendimiento escolar.
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