Si en algo hizo hincapié el versátil Hernán Iribarren, en el día de su incorporación a las prácticas oficiales de pretemporada de los Cardenales de Lara, es en el hecho de que llega “enfocado y preparado para lo que sea”, tras pasarse toda la campaña en la filial triple A de los Rojos de Cincinnati (Louisville Bats).
Los pájaros rojos completaron su segundo día de trabajo en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez y, además de Iribarren, se sumaron el lanzador Jhonny Montoya y el receptor Anderson De La Rosa, amén de los jóvenes prospectos Carlos Rodríguez, Neritzon Osorio y Wladimir Marrufo (lanzadores) y Alex Capriata (receptor), lo que eleva a 54 el total de jugadores a disposición del mánager dominicano Félix Fermín (24 lanzadores, 10 receptores, 17 jugadores de cuadro y tres jardineros).
Total disposición
“Estoy preparado para lo que sea, concentrado en la oportunidad que me van a dar cuando se dé, a la disposición del mánager. Es un mánager nuevo y voy a trabajar fuerte”, se le oyó decir a Iribarren, de 30 años de edad y con experiencia en la gran carpa con los Cerveceros de Milwaukee entre 2008 y 2009.
“Quiero recuperar ese juego y la ayuda que yo le daba a Cardenales y que el año pasado se perdió pero con estos cambios y en una nueva etapa, vengo enfocado, agradecido con Dios por poder permanecer con Cardenales este año”, expresó quien con Louisville ligó para .233 con un home run y 20 carreras impulsadas.
“(Con Louisville) fue un rol nuevo. No jugué mucho pero gracias a Dios este año fue positivo para mí, porque mi actitud cambió al cien por ciento y eso fue lo que me mantuvo todo el año en triple A. En ese equipo hubo muchos cambios, botaron a mucha gente pero mi actitud y positivismo hacia los muchachos jóvenes me ayudaron. No bateé mucho pero por ese lado el equipo quedó contento conmigo”, explicó.
Tras batear para .222 en 81 turnos en la estación 2013-2014, cree que es tiempo de “pasar la página porque el año pasado ya quedó atrás y debemos concentrarnos en lo que viene, pedirle a Dios que nos mantenga saludables.Tenemos un buen equipo y hay que tratar de hacer las cosas pequeñas, poner la bola en juego y la velocidad. Eso le va a gustar al mánager y en algún momento se me abrirá un hueco en el equipo”.
Cree que la gerencia estructuró “un equipo como nuevo, que salió de piezas claves, un equipo joven que me recuerda cuando empecé a jugar como muchachito, que es bueno y tiene muchas figuras nuevas que pueden ayudar mucho, esperando que el pitcheo que nos ayuda desde el exterior venga a hacer un buen papel y así poder clasificar”.
A su juicio no tiene precio el que Cardenales haya rechazado cambiarle a otra novena, a pesar del interés que generó. “Estoy muy agradecido con la gerencia porque soy de Barquisimeto, guaro, larense y cardenalero desde niño.
Permanecer en el equipo y poder usar la camiseta es motivo de orgullo para mí. Trataré de hacerlo mejor y demostrarles que el Hernán de antes puede ser el Hernán de ahora”.
