EL IMPULSO no cierra ni lo cierran

En ambiente de máxima conmoción se recibió la noticia: “EL IMPULSO no aparecerá después del 15 de este mes”. Pero el mortificante desconsuelo, se trocó en satisfacción, tan pronto se conoció el oportuno avenimiento, entre el señor Carlos Eduardo Carmona, responsable y digno presidente de la C.A. EL IMPULSO y la Corporación Maneiro, empresa estatal que tiene a su cargo la venta de papel periódico a los medios de comunicación social. De esta forma se zanjaba, transitoriamente, esta grave dificultad, que de no encontrársele aceptable solución, vedaba la expedita circulación de EL IMPULSO, impidiéndole, drásticamente, cumplir su honrosa misión, conforme al habitual carácter de altiva independencia de criterio.
Es que, atravesaba EL IMPULSO, uno de sus contratiempos de mayor alcance, como es superar esa notable dificultad de disponer de papel periódico, en volumen suficiente, de garantizar su normal circulación en su zona de influencia. Fueron largas y complejas las gestiones realizadas, a todos los niveles y ante diversas empresas, institucionales, corporativas y gubernamentales, que pudieran acceder, en lícito acuerdo, suministro de papel, en las condiciones y necesidades requeridas, capaces de asegurar el normal funcionamiento del Decano de la prensa nacional.
Contra todo pronóstico enfrentaba EL IMPULSO uno de sus mayores riesgos a todo lo largo de su historia. Se veía con asombro la falta absoluta de bobinas, como garantía de circulación, la existencia de otros insumos, casi en cero, a lo cual se agregaba, la contumacia de la administración al no autorizar la expedición de divisas y la negligencia de CADIVI en dar cumplimiento a las normativa legal que rigen la materia. Todo ello originó tal estado general de necesidades, que hacían imposible el cabal funcionamiento del periódico.
Cabe decir, que dentro de estas contingencias todo el personal de EL IMPULSO se ha comportado, con una solidaridad y un espíritu de plena cooperación. Lo mismo merece decirse de las fuerzas vivas, de las Academias, Colegios profesionales, estudiantes, trabajadores y, en general, toda la comunidad, que como la expresión de una sola y unánime voluntad, elevó sus votos y sus exclamaciones, para no permitir que EL IMPULSO paralizara su circulación. De donde resulta que un vocero alma y exponente de toda una comunidad, no puede ser reducido al silencio, menos aún, retirarlo de la circulación, sino en la plena actividad de su misión institucional, cultural y cívica.
La activa  participación de EL IMPULSO, a fuer de Decano del periodismo nacional, el acierto y capacidad demostrados por el Señor Director Juan Manuel Carmona y el Presidente de la C.A. EL IMPULSO, el esplendido apoyo y cooperación de sus trabajadores y la solidaridad de las fuerzas vivas y sectores influyentes de la comunidad, interesados en la cabal solución, de la problemática que irradió a todo el país nacional, la unidad de objetivos institucionales y la identidad de propósitos afines, que se hicieron sentir en aras de la misma causa, son los paradigmas y mística de una causa común favorable a la solución factible.
Toda esta conjunción de nobles ideales y de propósitos comunes, hacen presión decisoria, para que el Ejecutivo, resuelva el pedido de los medios de comunicación social, para que cumplan con toda normalidad y eficiencia sus actividades ordinarias.
Son meritos insustituibles de EL IMPULSO, la notoria circunstancia de tener 110 años, de ininterrumpida actividad periodística, su altiva independencia de criterio y de no ser institución adicta a los regímenes de fuerza y el respaldo consciente y fervoroso de los factores de la comunidad, que adhieren a su misión patriótica, cultural y cívica, que tipifican en si la existencia de un diario-pueblo, caudal y símbolo inexhausto de patria y libertad.