El Estado y las instituciones
“Cuando estemos en manos del Estado habremos perdido la libertad de competencia, de escogencia entre canales, y con toda probabilidad habremos perdido la libertad de expresión…
Sólo aprendiendo y trabajando podremos salir de abajo porque (…) no conozco otra manera…
No se puede hacer un país, ni a realazos, ni con decretos.”
Renaldo Ottolina – Renny.
Renny, el innegable “Número Uno” de la televisión venezolana, tuvo la extraordinaria cualidad de ser venezolanista hasta sus tuétanos y, así lo pregonó a los cuatro vientos.
Auguró lo que ha venido sucediendo en nuestra patria. Hemos podido subsistir porque es un territorio que ha sido bendecido por Dios; territorio al cual después de otorgarle riquezas inconmensurables, le dio un puñado de hijos e hijas con la suficiente voluntad para prepararse técnica, científica e intelectualmente y con el suficiente valor para enfrentar la tormentosa era que nos ha tocado vivir.
Los sobrevivientes del desastre en el cual vivimos, más temprano que tarde tendrán que reconocer la fortaleza de quienes han utilizado la ética y la moral, fecundada en sus principios y valores, como únicas armas protegidas por el Estamento Legal vigente; utilizado como escudo protector contra los desiguales ataques soportados; que van desde la asquerosa verborrea pronunciada por aquellos que no comparten su manera de pensar y de opinar, hasta las presuntas violaciones de los derechos humanos, recogidas en denuncias hechas ante la justicia nacional e internacional.
Tenemos el deber de fortificar a las diversas instituciones que agrupan a diferentes sectores de la sociedad civil, he ahí, la razón de la existencia de la institución de instituciones, “La Red de Instituciones Larenses” como organización original que nos agrupa con altruismo demostrado desde el inicio mismo de nuestras actividades.
Ante la problemática suficientemente conocida, es absolutamente necesaria la existencia de tan magna agrupación, prueba de ello es el análisis sobre la crisis económica del país, efectuado por el economista Gerardo Álvarez, y cuyo texto fue transcrito en este espacio. Fehaciente demostración de que los análisis y diagnósticos están hechos. Sólo falta la cordura de la admisión de las propuestas que desde hace años se les vienen haciendo a quienes han aceptado la responsabilidad de dirigir los destinos del país durante un corto lapso; en el entendido que tenemos más futuro que pasado.
¿Son apocalípticos los problemas que azotan al país? A “la inseguridad, escasez, inflación y la falta de divisas” se agregan hechos que algunos cristianos hemos calificado como blasfemia.
Aumentan las dificultades y se alejan las soluciones, por eso es que no podemos permanecer indiferentes, la Constitución Nacional nos impone ser proactivos en muchas de las situaciones que atentan contra fundamentales derechos ciudadanos.
Es indispensable preservar la libertad de expresión: Todos somos… “El Impulso.”