Las estimaciones que expertos tienen sobre la economía de Venezuela son cada vez más inciertos para los meses que restan del año 2014.
En el caso del economista Aníbal Peña Javitt vaticina que la escasez de productos tanto para la alimentación como para el aseo personal es lo que ha marcado la fuerte crisis que se intensifica, golpeando la calidad de vida de los venezolanos.
Insiste en la unificación del dólar y que se elimine de una vez por todas la paridad cambiaria para que se revierta lo que muchos han denominado catástrofe económica.
También plantea, entre tantas medidas de solución para una salida exitosa a esta situación económica, que el Estado despliegue mecanismos que garanticen seguridad jurídica en las negociaciones para el establecimiento de la inversión nacional y extranjera, y de esta manera se devuelva la confianza al empresariado.
Sugiere que así les será más factible a estos inversionistas porque no tendrían problemas de instalar con tranquilidad el parque industrial y empresarial en el país, sin menoscabo de expropiaciones y confiscaciones que tanto daño ha producido al aparato productivo en los últimos años, incidiendo directamente en altas cifras de desempleo y cinturones de pobreza y marginalidad, sobre todo en las principales ciudades en las que empresas asentadas, antes con mucha solidez, se han visto en la imperiosa necesidad de cerrar sus puertas.
Igualmente, recomienda al Gobierno nacional que brinde un sostenido apoyo a los empresarios, por medio de financiamientos crediticios para que inviertan en su capital humano y en sus procesos productivos, y que cuyos pagos les resulten fáciles de realizar en un tiempo favorable para ambos, por el bajo interés que les brinden respecto a la tasa del mercado.
Peña Javitt adelanta que para estos tres meses y medio del año 2014 los venezolanos sentirán aún más y en carne propia el acentuado fracaso del modelo económico implementado por el gobierno, inspirado en lo que ha llamado socialismo del siglo XXI, el significado de un retroceso vertiginoso para el desarrollo del país.
Cuestiona que no haya habido ningún anuncio por parte del presidente Nicolás Maduro, en torno a cambiar la metodología utilizada en la economía de Venezuela como lo había hecho ver y era el anhelo de todos, sino que sólo llevó a cabo cambios de ministros a otros ministerios y se dedicó a la creación de cargos de vicepresidente en ciertas áreas, que en nada transforman la realidad. Lamenta que el país enfrente uno de los procesos inflacionarios más altos del mundo.
Reservas a pique
Lo peligroso para Venezuela es que en la actualidad no tiene capacidad de pago para honrar la deuda contraída con otros países, expone Peña Javitt.
En este sentido, calcula que Venezuela posee en reservas internacionales alrededor de un mil doscientos millones de dólares, no obstante, 60% de ese dinero corresponde a barras de oro, y el resto, menos de dos mil millones de dólares se encuentran en reservas operativas (dinero líquido) para el pago de importaciones y el servicio de la deuda, lo cual no es suficiente para el cumplimiento de todos los compromisos.
Precisa que he aquí el problema, ya que Venezuela debe cancelar a finales de octubre de este año en reservas operativas la cantidad de más de cinco mil millones de dólares, pero sólo tiene menos de dos mil millones de dólares, por lo que se verá forzada a refinanciar la deuda.
Adelanta que en enero de 2015, comienzo de un nuevo año, no será distinta la escasez, por el contrario, se profundizará.
Al respecto, llama a las personas a tomar las pertinentes previsiones del caso y a no precipitarse en diciembre gastando todo el dinero.
Cree que por esta desacertada política económica del gobierno no habrá incremento de importaciones entre los meses de enero a marzo, tiempo durante el cual también se genera el pago de impuestos.
Aguinaldo en Navidad será inflación y escasez
Aníbal Peña Javitt afirma que si bien el bono de fin de año pudiera estar asegurado para el pago de los trabajadores que prestan su mano de obra calificada para instituciones públicas, la realidad es que para los tres últimos meses de 2014 la agudización de la escasez les impedirá comprar ropa, juguetes y comida en cantidades suficientes, en comparación a épocas anteriores.
Igual situación le depara esta deteriorada economía a los trabajadores de las empresas privadas, aclara.
Argumenta que esto se debe principalmente a que el gobierno no posee las divisas necesarias para otorgárselas a los empresarios, y que estos resuelvan sus compras en el exterior de los tradicionales artículos de Navidad, tomando en cuenta que Venezuela sostiene un alto porcentaje de sus negociaciones a través de la economía de puertos en países extranjeros.
Deplora que por la escasez de dólares en el gobierno empresarios tengan que recurrir a la divisa paralela para poder comprar y así no detener sus procesos productivos y actividades económicas, sin embargo, acuña que este tipo de movimiento genera mayor inflación porque se encarecen los precios de la mercancía traída con este dólar más costoso.