EL IMPULSO
El miércoles 10 de septiembre al despertar recibimos un golpe terrible. “EL IMPULSO interrumpe su circulación”, Editorial en primera plana. A lo largo de un siglo, y ya van dos años del segundo, el diario fundado por don Federico Carmona en 1904 ha sabido convertirse en parte sustancial de la identidad larense y una institución del periodismo nacional. Ni aquella ni este serían lo mismo sin el periódico barquisimetano.
Estos días los he pasado con el dolor de pensar que este podía ser mi último artículo en estas páginas quien sabe por cuánto tiempo. Un hecho con demasiado impacto para quien escribió su primer artículo para EL IMPULSO en abril de 1966, a los quince años.
El viernes 12 leemos que C.A. EL IMPULSO ha logrado un acuerdo provisional con la Corporación Maneiro, el ente gubernamental a cargo del suministro de papel periódico que le permitirá seguir circulando, mientras se llega a un acuerdo definitivo y estable.
La noticia alivia, pero no tranquiliza. Lo que esperamos es una solución definitiva al problema, que cese la amenaza que se cierne sobre nuestros medios impresos, se sabe por lo menos de La Nación de San Cristóbal y el guayanés El Correo del Caroní, lo cual está íntimamente ligado a nuestra libertad. La de todos.
VUELTA A CLASES
El Ministerio de Educación “no sirve” opina el ministro Rodríguez y propone “sacudirlo con madurez política” y pidió a los educadores “revisar su formación técnica y política”. Si el “sacudón” va por allí (¡qué gusto por la palabreja!) el pronóstico no es bueno. En cambio, también dijo que “La educación debe ser escuela, familia y comunidad”, que es un rumbo correcto. El mismo declaró una vez que no querían una Educación que llevara a los jóvenes a la clase media “y se volvieran escuálidos”. Faltan profesores de Física, Química y Matemáticas. Están contratando jubilados para cubrir el déficit. La pregunta válida es ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo de que tengamos menos vocaciones pedagógicas? Búsquese por la falta de reconocimiento y estímulo a la profesión docente, la remuneración bajísima que obliga a acumular horas de clase para resolver, con el último tramo del aumento salarial, un Docente I llegará a Bs.5.557 al mes. Introducen demanda contra la “Colección Bicentenaria” de textos para la Educación ¿Es la calidad o el adoctrinamiento la prioridad del gobierno? “Hacen malabares para comprar los útiles” titula El Universal del miércoles 10. Los antipiréticos infantiles están agotados, precisamente cuando aumentan casos de fiebre y comienzan las clases. Se espera poder ver los resultados del cambio en el PAE (Programa de Alimentación Escolar), en febrero el ministro anunció la suspensión de compra de insumos a las empresas privadas contratadas para entregar la comida lista. Ahora los abastecerá la nueva Corpo PDV-Mercal. Ya aparecen las quejas de profesores, padres y representantes, y vecinos sobre la situación de los locales escolares.”El plan de rehabilitación solo ha sido de paños calientes. No se ven arreglos de envergadura.”, dice la Federación Venezolana de Maestros.
¿Es esa la bienvenida a clases que damos a nuestros niños y jóvenes?
SALUD ENFERMA
Mientras la canasta alimentaria sube y sube, los venezolanos tenemos otra preocupación: no enfermarnos.
Como la “peor crisis de escasez de medicamentos” califica Edgar Salas, dirigente del gremio farmacéutico, la situación actual en ese aspecto. Para fijar cirugías hay que asegurarse primero de poder comprar los fármacos que serán necesarios. Conozco un caso cercano de la nuera de unos amigos en Barquisimeto, le practicaron la operación que requería porque consiguieron el medicamento indispensable en Valera. Cuando un médico te receta, te pone opciones “por si no consigues éste”. En las farmacias, nos encontramos con personas, a veces muy angustiadas, otras agotadas por ir aquí y allá y otras todo eso y además furiosas, buscando el patentado necesario.
La deuda gubernamental en divisas con laboratorios y empresas de equipos médicos pasa de seis mil millones de dólares. Mucha plata. Incomparable con cualquier antecedente. La liquidación de divisas para el sector salud es menor a la de 2012, en datos oficiales. La escasez de medicamentos es de 60% en Caracas. En las regiones anda por el 70%. En Táchira, los venezolanos pasan a Cúcuta a comprar lo que no se encuentra en San Cristóbal o Táriba, San Antonio o los Capachos. Ojalá a Santos no se le ocurra declarar a los medicamentos “bien esencial” y prohíba su exportación.
Esta escasez específica afecta a hospitales y clínicas. O sea, nadie se salva. Pero los más perjudicados, desde luego, son los más pobres.