En el infinito catálogo de periodistas que hurgan y husmean el hecho noticioso, existe una camada cada día más extensa de profesionales que encuentran en la pantalla, en el llamado “mago con cara de vidrio”, la inmejorable y titánica tarea de hacer y practicar la libertad de expresión. Periodista de linaje, que lucha, que no desmaya, mujer bella y valiente, la que aprendió a superar las barreras, por muy complejas y enconadas que fueran, la que se llevó en su adn lo más hermoso de Barquisimeto, la que siempre le sonríe a la vida. Su nombre es Carolina Alcalde, su historia en estas líneas
“La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho”, las palabras de Víctor Hugo hoy tienen más vigencia que nunca. El reto de hacer periodismo en estos tiempos se ha convertido en una suerte moneda al aire y es que, la comunicación no sólo depende de quién está frente a una pantalla, o aquel que tiene el compromiso de hilar un mensaje sobre el papel, a veces, probablemente por el entorno tan polarizado, no comprendemos cuál es el verdadero rol del profesional de los medios de comunicación, el desafío podría ir en la dirección de lo que en alguna oportunidad sugirió Ryszard Kapuściński, “no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo corren a ocultarse….”
Hoy, quien está acostumbrada a abordar con sentido crítico y responsable a los entrevistados, se sienta del otro lado del computador para responder, vía correo electrónico, cómo llegó a tropezarse con el mundo del periodismo, pero además, qué significa ejercerlo en Venezuela. Carolina Alcalde, la mujer que se llevó en su corazón el contraste único de los crepúsculos nos habla de su vida y su experiencia frente a las pantallas. “No maten al mensajero, hacemos lo que podemos por llevar la información de forma responsable y de la mejor manera posible”, su comentario fue un abreboca para conocer lo que hoy la trajo a nuestras páginas.
Entre sueños y sonrisas…
Alimentó sus sueños de niña en los pasillos del colegio San Vicente de Paúl. Carolina, recuerda una infancia súper feliz, una época marcada por aquellas películas en formato Betamax que solía ver en sus ratos libres o esas interminables tardes de Nintendo junto a su hermano, jugando Mario Bross y Don King Kong Country. En esos días de travesura, la mayor de los Alcalde Román conoció uno de sus más preciado tesoros, un curioso juguete cuadrado, de color vinotinto, funcionaba con un “mega” cassette que rebobinaba con un bolígrafo y como por arte de magia, era capaz de grabar su voz. Aquel instrumento la invitó a dar el primer paso, las primeras pinceladas para embalarse libre en este apasionante universo de los medios.
Como a muchos, los acontecimientos históricos más recientes marcaron sus días, en aquel febrero de 1992, con el intento de golpe de estado al entonces presidente Carlos Andrés Pérez, Carolina en su inocencia, no sabía lo que estaba pasando, pero sí tenía claro que era algo importante. Apenas tenía siete años, “lo que veía en las noticias y le escuchaba a mi mamá y a mi papá lo repetía en mi grabadora, los entrevistaba y me respondían con toda la seriedad del caso e intentaban hacerme entender lo que ocurría.”, aquel curioso gesto no era otra cosa que las primeras manifestaciones de una niña que, en el contexto de su edad, sólo jugaba a convertirse en narradora de noticias.
Pero si aún faltaba un hecho que marcara su vida, la tragedia de Vargas llegó siete años después para despertar la conciencia de miles y millones. “El apoyo que en ese momento los periodistas le estaban dando a los afectados me llamó mucho la atención. Me di cuenta de la ayuda que se le podía brindar a las personas, esa fue mi principal motivación”, tanto así que terminó de despertar su inquietud por la profesión, el ejercicio que hoy demanda prudencia y no precipitarse, a trabajar por la verdad y buscarla, más allá de los prejuicios. Así decidió ser periodista.
Un gran paso había dado Carolina, ahora, su disposición de estudiar lo que desde siempre soñó la llevó a pisar tierra firme en la Universidad Fermín Toro de Barquisimeto. Transcurría el año 2001, al calor del debate político y social de aquellos días supo abrirse su propio camino. Su formación no era sólo académica, aquella emoción por “salir al ruedo” la llevó a tomarse su tiempo para meditar lo que a su alrededor estaba ocurriendo, “escribí artículos de opinión que fueron publicados en EL IMPULSO, cuando tenía entre 18 y 21 años. Siempre le he agradecido a José Angel Ocanto la deferencia por haberme tomado en cuenta a pesar de ser muy joven”. Así, poco tiempo después, llegó a Atlanta para hacer sus pasantías en CNN en español, experiencia que resultó inolvidable, “estar en el centro mundial de noticias, ver todos los recursos con los que cuentan, la rapidez con la que trabajan me impactó, fue enriquecedor”. Paralelamente realizó entrevistas para el diario “El Nuevo País” y trabajó en un programa de radio en Amor 105,3 fm, hasta que llegó a Globovisión en el 2007.
“Me formé en el canal, comencé a aprender desde el primer día”, recuerda su debut frente a la pantalla. “Fue en 2008, en ese momento era redactora de noticias Internacionales. Llegué como todos los días y de inmediato me mandaron a bajar a Maiquetía para cubrir la llegada de Consuelo González y Clara Rojas tras haber sido liberadas por las FARC… Aunque no estaba maquillada y para nada arreglada me tocó ir en vivo en Aló Ciudadano”.
De ahí en adelante todo se ha convertido en aprendizaje y crecimiento, tanto, que le dieron la oportunidad de encargarse de la fuente de internacionales y después convertirse en la imagen fresca del noticiero meridiano del canal ubicado en La Florida, pantalla que comparte en la actualidad con el también reconocido y carismático periodista venezolano Juan Eleazar Fígallo. Hoy, después de varios años en el ejercicio de su profesión, su motivación sigue siendo la misma: “cumplir su trabajo de la mejor manera posible, nunca sentir miedo y jamás caer en propaganda política”.
Ellos son…
Gloria Cuenca Herrera… Inteligente, sin pelos en la lengua, mi completa admiración
Luis Chateing… Humor en tiempos de crisis
Henrique Capriles… Esperanza y esfuerzo
Leopoldo López… Incansable
Greivis Vásquez… Humilde, perseverante y triunfador
Simón Díaz… Embajador de la música venezolana
Nitu Pérez Osuna… Combativa
Gustavo Dudamel… Maestro
Antonio Pasquali… Una escuela
Su regalo a Barquisimeto
Barquisimeto es… Mi tierra
La Divina Pastora es… Devoción
Un Barquisimetano… No disimula
Un color que identifique a Barquisimeto… El contraste único de los crepúsculos
Un sabor y un olor… El sabor de un pepito y el olor de las hallacas de mi casa
Un paisaje y una canción… El valle del Turbio y Barquisimeto
Qué le falta y qué le sobra a la ciudad… Le falta iluminación y le sobran muchos huecos
Venezuela, ¿Qué viene a tu mente?… Mi país
Twitter: @caroalca
