Sin tregua – Censura rojas

Como “Hegemonía Comunicacional “fue definido el plan del régimen para controlar o silenciar la mayor cantidad de medios de comunicación. Es un plan político: uniformar la información. A veces censurando medios. Otras comprándolos. También amenazando para lograr la autocensura y el alineamiento a la “verdad” oficial.
Esta hegemonía comunicacional apunta directamente a silenciar al pueblo que protesta, que denuncia, que reclama y lucha. Censurarlo. Quitarle voz. A todo el pueblo, al identificado con la Alternativa Democrática pero también al simpatizante suyo que se queje y reclame sus derechos. Se trata, pues, de ahogar en el silencio las protestas por más justas que ellas sean.
Al principio muchos creyeron que la hegemonía comunicacional era de verdad “revolucionaria”. Que sería para favorecer al pueblo. El cuento de “los medios de la burguesía vs los medios del pueblo revolucionario”. Ante cualquier pregunta –por lo demás normal y sencilla– que formule un periodista no complaciente, la cúpula roja responde: “Es que tú trajas para un medio burgués”. Es la cantaleta oficial para evadir responsabilidades y no rendir cuentas…
Ahora bien ¿cuál es el medio burgués? O en otras palabras: ¿en cuál medio encuentran los trabajadores permanente espacio para hacer que su voz de lucha, de reclamo y denuncia tenga eco? ¿Acaso en VTV y en el “latifundio” de medios del gobierno de uso exclusivo del cogollo político en el poder? ¿Quién censura sistemáticamente a los estudiantes y a las comunidades y jamás permite que sus luchas se conozcan ni puedan dar a conocer sus razones? En fin.
El Impulso, por el contrario, da voz y cabida a todos. A los que luchan y denuncian. También a los oficialistas. El Impulso jamás censura las luchas y protestas de los trabajadores, los estudiantes y las comunidades. Es, más bien, su “paño de lagrimas” cuando pelean por algo justo y en el canal 8 y los medios impresos oficiales les cierran las puertas. Y siempre ha sido así. No es ahora con este “gobierno”. Ha sido así en sus 110 años de historia. Por eso tanto cerco económico contra El Impulso. Por eso le obstaculizan la compra del papel  y otros insumos indispensables para su edición, tratando de imponerle un cierre definitivo. Quieren quitarles la voz a los larenses que luchan por la paz, la libertad y el progreso.
Por lo demás, nunca una hegemonía comunicacional será revolucionaria. Siempre será algo retrógrado. Uniformar la información, censurar, dar cabida solamente a lo que decida el poder, siempre será antidemocrático y repudiable. En Cuba solo hay dos diarios; Granma y Juventud “Rebelde “, ambos parecen fotocopiados. Nunca habla el pueblo para reclamar o hacer críticas. Ese es el “modelo” comunicacional que anhela para nosotros la censura roja atrincherada en Miraflores. ¡No pasaran! Vendrán tiempos mejores. Escríbanlo.