Por la puerta del sol -¡Ah mundo Barquisimeto! Feliz cumpleaños

Cuando el libertador fue derrotado por los realistas en Tierra Blanca el 10 de Noviembre de 1813, la tristeza no le permitía pensar en otra cosa que no fuera haber perdido no solo la batalla sino a varios de sus mejores hombres; lo embargó tanto el pesar que se dedicó a caminar bajo el cielo para tranquilizarse. Era una tarde en la que todo en Barquisimeto resplandecía fantásticamente; más hermoso no podía ofrecerse el cielo a los ojos de quien mirara hacia arriba. Al levantar la vista Bolívar se quedó estático, asombrado ante la hermosura del crepúsculo que el cielo ponía ante sus ojos. Fue en aquel momento en el que pensó que hay cosas hermosas en medio de la desdicha que animan, dan vida y liberan el corazón de angustias; es en aquel instante en el que expresara emocionado ante aquel  atardecer: “¡Santo Dios! Vale la pena perder una batalla por detenerse a contemplar la gran hermosura de un crepúsculo barquisimetano”.
Mañana 14 de Septiembre estará cumpliendo Barquisimeto el aniversario 462 de su fundación. En esta ocasión, la ciudad embellecida por el cariño y la buena voluntad de sus hijos, recibirá serenatas y felicitaciones sin fin.
Barquisimeto:
Siempre te he querido como a la tierra en que nací. Para tu cumpleaños desde el fondo de mi corazón te he bordado  una colcha virtual de colores con trozos de cielo envueltos en neblina, he puesto en el centro la esencia de Dios en medio de tu sueño de libertad, te he pintado el recorrido de tus arreboles, el secreto que esconden las luciérnagas, el jolgorio que habita al borde de los vientos, la débil llama que nombra la plegaria, el alarido de una hoja a la deriva;  puntada a puntada entre tus filigranas he grabado el despuntar de tu sol en un triunfo de liras, una paraulata, un turpial y un tucusito, en una esquina la Catedral, en otra tu viejo diario EL IMPULSO, en la tercer esquina un cardenalito, en la cuarta un ramillete de cariño para ti. Por aquí un violín, por allá un tamunangue, puse lluvia sobre al insomnio de tus cayenas, te pinté el azul de los atisbos, la voz  de la campana en el desierto de don José Ángel, dibujé una Divina Pastora,  de color cielo  un Santo Hosanna, el colorido de tus crepúsculos, la señal de la paz, los vientos de la mar, los caminos de la vida, puse color a la rebelión de tu pueblo oprimido…
En este pueblo se cultivan raíces de esperanza, se aprende que la grandeza de un hombre radica en su pensamiento, se siembran en el corazón principios y tradiciones, se transmiten ideas y se educa el sentimiento, aquí se aprende a ser suave brisa o huracán para defender lo que haya que defender cuando la injusticia aparece, aquí se labra el alma como se labra la tierra, se forjan el coraje, los sueños, la conciencia y se enraízan en el fondo del ser educación y civismo. Aquí viven jóvenes de resuelto y valiente pecho, que saben defenderse contra la fuerza de la opresión y empuñar el alma cuando cantan libertad, sus talones guían llamaradas, su corazón está lleno de banderas tricolores y de amor patrio. Aquí se glorifica y se evoca el nombre de Dios no el de los endemoniados. Aquí termina el humilde ramillete que hice para ti Barquisimeto.
Confío en Dios que la tiranía no ahogue nuestros sueños de libertad  absoluta de prensa y la de nuestra opinión. Con el alma y todo mi sentimiento estoy con EL IMPULSO. Obligarlo a cerrar no atajará la lucha por nuestros sueños de libertad. Prefiero  morir de pie luchando, que ponerme en retirada…
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