Apple quiere que las tarjetas de crédito se vuelvan tan poco utilizadas como los cheques de papel.
Esta semana, la compañía anunció el lanzamiento de Apple Pay, un sistema de pagos digitales que permite que la gente pague por compras en tiendas usando sus teléfonos en lugar de efectivo o tarjetas. El servicio, que funcionará con los iPhones y el nuevo iWatch, tiene el respaldo de varias cadenas minoristas, junto con la mayoría de los bancos y compañías de tarjetas de crédito, como Visa, MasterCard y American Express.
Los llamados pagos sin contacto no son nuevos. Starbucks, McDonald’s, PayPal, Google y Square ofrecen sus propios servicios, pero solamente una pequeña porción de los consumidores los usan. Algunos expertos creen que Apple Pay —con su presencia en millones de iPhones y sus avanzadas protecciones de seguridad — pudiera ser el servicio que lleve a adoptar ampliamente el uso de la billetera digital.
La digitalización de pagos pinta un cuadro atractivo para algunos sobre el futuro de las compras: simplemente toca el iPhone contra una caja registradora y vete con tus zapatos nuevos.
Pero pese al lanzamiento ostentoso del Apple Play, Apple enfrenta difíciles retos para hacer su visión una realidad. La compañía y otros proveedores de billeteras digitales deben convencer primero a los consumidores de que las transacciones son seguras, especialmente luego de casos recientes de robo de datos en Home Depot y Target. Mientras tanto, la compañía debe además convencer a minoristas de que les conviene invertir en un nuevo sistema de terminales de punto de venta.