Durante más de diez años he tenido la oportunidad de escribir en las páginas de esta institución periodística y este patrimonio larense que se llama EL IMPULSO, por lo que hoy no puedo escribir de otra cosa que no sea de la devastadora noticia sobre el cese de sus publicaciones que le han manchado de tinta las manos a tantas generaciones durante más de un siglo de historia.
En primer lugar debo agradecerle tanto a la familia Carmona como a todos los trabajadores de este medio por su legado de resistencia y dignidad democrática, el cual no será olvidado nunca. De nada vale tener papel si lo que se imprimen son panfletos propagandísticos al servicio del poder opresor. A partir de este lunes no saldrán más ediciones de EL IMPULSO, pero en su silencio se propagará la noticia más grande jamás impresa, la de la censura de un régimen totalitario que aniquila la expresión independiente y la conciencia libre.
Las causas directas de tal decisión importan poco o menos delante del trasfondo real de esta tragedia. Los medios públicos funcionan al servicio del partido político de gobierno y los privados han sido objeto de todo tipo de persecución sometiéndolos a un acoso que termina derivando o en la venta del medio o en el cierre del mismo, dejando a la población a la meced de esa verdad oficial que no es otra cosa que una mentira patrocinada. Esta falta de contrapesos institucionales y mediáticos es lo que hace posible que se roben más de doscientos mil millones de dólares en Cadivi y no pase nada, no investiguen a nadie y no boten a ningún funcionario. Esto es lo que hace que se torturen estudiantes impunemente, que se someta al pueblo a la indignación de colas y captahuellas. Al final, no habrá medios para reseñar la realidad y nuestras vidas se convertirán en ficción permanente. Nadie se enterará cuando el comunismo toque nuestra puerta.
Ante esta realidad es grotesco ver que con el dinero público de todos los venezolanos que hace ahora tanta falta para abastecer el mercado, se financie un canal de Televisión de las Fuerzas Armadas en el que se viola permanentemente la constitución. Igualmente el anuncio del periódico del PSUV. Es el mundo al revés. Es la reedición de la novela de Orwell pero con Winston Vallenilla. Mientras tanto El Impulso hará una pausa, que esperamos todos sea muy corta. Durante ese tiempo, los barquisimetanos nos sentiremos mutilados de una opción, de una visión, de una alternativa.
No es tiempo para despedidas, sino de compromisos. Ahora tenemos una razón más para seguir esta lucha. EL IMPULSO, así como RCTV, volverán, y con ellos, la libertad plena y la democracia verdadera. Nos hará falta ver ese negro impreso en blanco sobre nuestro escritorio todos los días. Hasta pronto.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
@chatoguedez
