“Los gerentes hacen las cosas bien. Los líderes hacen lo correcto”. Esta concisa y lapidaria frase del Profesor Warren Benis, recientemente fallecido y toda una autoridad en estudios sobre el liderazgo, nos plantea una visión de lo gerencial como ámbito de lo operativo, de la eficiencia, resultados e indicadores, mientras señala en el espacio de los gerencial la importancia de la ética, como exclusivo reducto de la conciencia y decisión humana.
El deterioro de la economía venezolana sigue su curso. Los efectos de un modelo de Estado cuyos controles, regulaciones, expropiaciones, restricciones sobre el hecho económico, productivo, comercial, industrial, de servicios de toda índole y especialmente de salud, ante el cierre del grifo de divisas que en su totalidad genera, administra y controla mediante la actividad petrolera, han generado un cuadro recesivo en aumento, un ritmo inflacionario indetenible, y una escasez que se extiende ante el manejo de la economía con obcecados y jurásicos criterios de ideología marxista y planificación socialista-colectivista. Haberle declarado la guerra a la empresa privada, y sobre todo no querer reconocer semejante equivocación e insensatez, como parte del “legado” chavista, tiene al país sumergido en el lodo de la inercia y la crisis.
“Pero aún se consigue una que otra cosa”, “La cosa tampoco es tan grave”, “Haciendo cola de repente puedes comprar”, son frases que pretenden minimizar el tono dramático de la coyuntura. Si, el gran tema es hasta cuando el país, el fisco, el gobierno podrá sostener y financiar esta “ilusión de armonía” sin corregir los profundos desequilibrios, errores y corruptelas que nos han traído hasta aquí. Hay quienes apuestan que lo hará. Y hay quienes sostienen que no se trata de un cambio de políticas o decisiones, sino de un cambio de gobierno.
En todo caso, gerenciar hoy en día cualquier organización en Venezuela, supone enfrentar niveles de incertidumbre elevados, y un cuadro adverso que reta el talento, las capacidades, habilidades y creatividad para desarrollar una suerte de gerencia del desastre, un control de daños que permita mantener la operación y funcionamiento de cualquier esquema organizativo o empresarial.
Pero el verdadero desafío que enfrenta la nación, ante la inminencia de los cambios que, a conciencia, deliberados o por la gravedad de las circunstancias se abran camino entre la irresponsable pasividad de las élites políticas, es justamente aquel que prescribe Benis para quien aspire a ejercer cualquier liderazgo: la ética, la decisión de actuar persiguiendo el bienestar colectivo y no el partidista, la lucha contra el delito, y no su criminal e impune aceptación.
Ciudadanos. Comunitarios. Vecinales. Cansados tanto del fracaso oficial como de la pasiva, callada y electoralista actitud de cierta dirigencia opositora. Sin duda, liderazgos necesarios.
@alexeiguerra
