El cadáver de un adolescente de 17 años fue identificado por sus familiares la noche del lunes. Ellos arribaron nuevamente a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda con la esperanza de que no fuera su allegado, pero un tatuaje y la dentadura, les permitió reconocerlo.
El menor salió de su casa ubicada en el barrio La Paz, el pasado 25 de agosto. Le dijo a la mamá, Gladys Martínez, que iba a salir con unos amigos. Esa salida se extendió. Al pasar los primeros dos días la progenitora comenzó a preocuparse, “porque él se iba a veces de parranda pero máximo dos días. Lo empezamos a llamar a su celular pero casualmente lo había dejado en casa”.
La desesperación empezó a invadir a sus familiares, quienes decidieron ir hasta los diferentes organismos de seguridad y centros asistenciales de salud pero no lo consiguieron hasta este lunes en la noche.
“Ya ese cadáver tenía diez días ahí. Al principio no creíamos que era él porque ya está descompuesto. Además cuando se fue de la casa no tenía el tatuaje, pero ahora sí lo presentó en el antebrazo derecho y decía su nombre”, comentó Yudith Veroes, abuela del segundo de siete hermanos.
Según el diágnostico médico, presentó traumatismos luego de haber sido arrollado por un vehículo fantasma en la avenida Circunvalación a la altura de Nueva Esperanza.
“Él trabajaba como caletero en diferentes mercados, era bueno y no se metía con nadie”, puntualizaron.