El Estado Islámico es descrito con frecuencia como el grupo yihadista más aterrador de todos: una amenaza global superior a al-Qaida que pone a temblar a ejércitos enteros.
Pero aunque el grupo ha logrado tomar el control de extensos territorios en Irak y Siria, no es indetenible. Sin las armas pesadas de un ejército establecido, ejerce su mayor influencia a través del fanatismo de un grupo de línea dura de varios miles, se aprovecha las divisiones entre sus rivales y crea temor con la diseminación de videos aterrorizantes en los medios sociales.
Pero es útil recordar que aunque es una fuerza formidable que controla casi una tercera parte de Irak y Siria, también ha habido una inclinación a exagerar las capacidades del grupo.
«Creo que a veces ha habido una tendencia de sobreestimar la sofisticación técnica del Estado Islámico», dijo Charles Lister, investigador visitante del Centro Brookings en Doha.
Lister, como muchos otros analistas, dijo que la mayor parte del poder del grupo está en la centralización de su mando y la intensa lealtad dentro de la organización.
Eso lo distingue de otros grupos, abrumados por años de conflicto. En el caso de los rebeldes sirios, existen profundas divisiones que han afectado su causa.
Los milicianos del Estado Islámico han librado una agresiva campaña en los medios sociales. Han emitido comunicados con información detallada sobre sus conquistas y batallas, y publicado videos de alta calidad que con frecuencia ofrecen prueba de sus actividades en regiones que han sufrido de un vacío mediático en tiempos recientes debido al aumento en el peligro para los periodistas.
En Siria, dos periodistas estadounidenses fueron decapitados por el grupo en las últimas cuatro semanas. Los videos de los asesinatos, publicados en portales de extremistas, se grabaron en alta definición, incluyeron palabras del presidente Obama y usaron micrófonos inalámbricos para que se escucharan mejor las declaraciones del verdugo, un extremista que habló en inglés y con el rostro cubierto, y de sus víctimas.
Pero la mayoría de los analistas calcula que la cifra de combatientes en Irak y Siria es de unos 20.000.
En cualquier caso, el grupo es mucho más pequeño que los ejércitos de Siria e Irak, tanto en número de hombres como en poder de fuego.
Las fuerzas militares y policiales iraquíes se calculan en más de un millón. Se calcula que el ejército sirio tiene unos 300.000 soldados y que hay más de 100.000 rebeldes sirios, incluidos los del Frente Nusra, vinculado con al-Qaida, y el poderoso grupo Frente Islámico, más amplio, que combaten al Estado Islámico en Siria. Decenas de miles de fuerzas curdas peshmerga también se enfrentan al Estado Islámico en Irak.
La mayor debilidad del Estado Islámico es su falta de aviación, lo que significa que los ataques aéreos estadounidenses pueden hacer mucho para diezmarlo.
Sin embargo, el Estado Islámico ha amasado una cantidad significativa de armas y otros equipos capturados en instalaciones militares iraquíes y sirias en meses recientes.
Richard Brennan, experto en asuntos iraquíes de la RAND Corporation y ex funcionario del Departamento de Defensa, dijo que el Estado Islámico ha capturado obuses de 155mm de manos del ejército iraquí, al igual que algunos tanques de la era soviética.
El grupo incluso cuenta con unos cuantos cazas MiG-21 capturados en una base siria en Tabqa el mes pasado. Pero los analistas dicen que es muy poco probable que puedan usarlos en este momento.