La noche del sábado, sujetos sin identificar acudieron hasta la residencia de Luis Roberto Gil, de 27 años, y de Daría Borges, de 32 años de edad, ubicada el Auyamal, sector Sadui, del municipio Iribarren, los montaron en el vehículo en el que se desplazaban y los llevaron hasta un sector apartado, a unos 300 metros de su casa. Allí, los bajaron y, acto seguido, procedieron a darles muertes con disparos en las cabezas de las víctimas.
La mañana de ayer, familiares de ambas víctimas permanecían en las adyacencias de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda, esperando los cuerpos sin vida de los dos asesinados, y allí dieron detalles de la vida de cada uno de ellos.
En primer lugar, los allegados comentaron que Borges, tenía siete meses de embarazo producto de la larga relación que habría mantenido con Luis Roberto, quien actualmente era su pareja.
Además, indicaron que la mujer ya había sido madre de un pequeño que, ahora, quedó huérfano con 13 años de edad. En el caso de Gil, el pequeño que se gestaba en el vientre de su acompañante, sería el primero de sus hijos.
Según se conoció, la pareja residía en el sector donde no existen muchas residencias, y compartían grandes extensiones de tierras con los padres del hombre asesinado. Pero, según la información aportada por los dolientes, sobre esas tierras reposaban intereses de personas con ambiciones de hacerse con pedazos de parcelas. En este sentido, éste quizá sea el móvil que provocó la muerte de la pareja que fue ultimada la noche del sábado.
Por su parte, María Rodríguez, abuela del joven asesinado, comentó que él era el único varón de cuatro hermanos, y se caracterizaba por ser “muy cariñoso y atento con sus padres y cercanos”.
Quedará de parte de los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas determinar quién o quiénes fueron los responsables y el por qué de los hechos.
