Vibrante noche de jazz

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Sonidos de Argentina, Francia y Venezuela, se escucharon la noche del viernes en el Salón Doral de Lidotel durante la primera Gala de Jazz que propuso el Festival Internacional de Jazz en ocasión de su novena edición.

El cuarteto argentino liderado por Oscar Moyano, fue el primero en apropiarse del escenario. Justo a las 8:15 de la noche.
Té para tres, fue el primer tema que sonó. Emotivo. Fue un homenaje que los músicos rindieron a su compatriota, Gustavo Cerati, quien falleció el pasado jueves en Buenos Aires. La canción pertenece al álbum Canción Animal (1990) de Soda Stéreo.

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«Nos sentimos muy felices y emocionados. Tenemos que agradecer a muchos. Nos saldremos del repertorio para hacer un pequeño homenaje a nuestro amigo Cerati. Ya no está con nosotros, pero los buenos amigos no desaparecen» dijo antes Moyano. Un hombre que se distinguió en escena y fuera de ella por su sencillez.

El concierto continuó con esa célebre conjunción que producen el saxofón, la batería, el contrabajo y el piano al ritmo de las palmas que el recinto a sala llena dejó ver.

«Gracias por sus silencios y sus aplausos», expresó el saxofonista luego de interpretar par de temas producto de la envolvente fusión: música folclórica y jazz.

«Queremos que se conozcan algunos sonidos que son interesantes para nosotros».

Y añadió Moyano «valoramos estar aquí, el intercambio con músicos de otros lugares. Nos hemos enriquecido».
Zamba sin nombre (con z) fue el siguiente tema. El pianista Gustavo Molineri fue el protagonista.

Se despidieron con una canción litoraleña del compositor argentino Sixto Ríos. Fue un chamamé titulado Merceditas.
El público pidió otra y tocaron Nada, un tango que dejó al descubierto complicidad y exquisita improvisación. En la batería estuvo Gustavo González y en el contrabajo Pedro Carignan.

Desde Francia

A las 9:40 de la noche Samy Thiébault Quartet de Francia arribó a la tarima. La espontaneidad y carisma marcaron su espectáculo.
Un jazz más rápido propuso el grupo. Thiébault hizo gala de sus destrezas como saxofonista y flautista.

«Muchas gracias» dijo. «Perdonen mi español pero quiero decir dos cosas: gracias al festival, es un placer estar en Barquisimeto. Es un honor tocar música para ustedes. Las canciones que tocaremos son del próximo álbum y composiciones personales».
El público lo envolvió en aplausos.

Seguidamente llamó al escenario al saxofonista barquisimetano Rafael Pineda de Fly Band Jazz, estampándole el sello larense al compromiso musical.

Valentina Becerra de Venezuela, junto a Nené Quintero en la percusión, Laurent Lecuyer en el piano y Heriberto Rojas en el bajo, cerró con su espectacular voz esta primera cita con el género universal.

Más de 600 almas asistieron a este primer banquete musical.

 

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