Con justificada preocupación los dirigentes sociales que abogan por los derechos humanos de los más necesitados, en especial los niños, han venido observando cómo cada día crece la cantidad de indígenas que deambulan mendigando por diferentes sitios de Barquisimeto.
Avenidas como Libertador, Venezuela, Lara, Pedro León Torres, y hasta la intercomunal en Cabudare, son prácticamente tomadas a diario por mujeres, niños y adolescentes llegados principalmente del Zulia, Apure, Barinas y hasta de Amazonas, dedicados a pedir dinero para comer.
Se trata de grupos de las llamadas razas autóctonas, con representación en la Asamblea Nacional, que salieron de sus regiones de origen con el argumento de sentirse completamente abandonados por quienes desde Caracas están obligados a proveerles de recursos necesarios para no tener que emigrar a las ciudades y unirse a sus cordones de miseria.
En oportunidades, gobernadores o alcaldes larenses o de Iribarren han realizado operativos destinados a llevarlos a sus lugares de origen con la promesa de que desde el Gobierno Nacional, les brindarán el apoyo necesario para permanecer en ellos.
Sin embargo, al cabo a unos pocos meses, o días, nuevamente se ve a las mujeres con recién nacidos colgando de sus espaldas, implorando las dádivas de personas de buen corazón.
Algunos se vienen cargados de palmas con las que elaboran sombreros u otros objetos típicos cuyas ventas les permiten algunos ingresos, aunque la mayoría simplemente se dedica a pedir.
Últimamente se ha incrementado la llegada a Barquisimeto de esos grupos familiares indígenas y, con la anuencia de las autoridades municipales o regionales, han conformado una gran ranchería en la calle 42, frente al viejo cementerio Bella Vista, donde residen en precarias condiciones.
Allí, no sólo duermen, sino que hacen sus necesidades fisiológicas, lavan sus precarias vestimentas y hasta consumen bebidas espirituosas los hombres, sin que nadie, Defensoría del Pueblo o cualquier organismo encargado de velar por el bienestar de los niños, se preocupe por ellos.