Para los habitantes de la Barquisimeto próxima a cumplir 462 años de su fundación, así como para los usuarios, el viejo Terminal de Pasajeros de la calle 42 con carrera 24 representa un punto negativo por las múltiples fallas que presenta y que conforme transcurre el tiempo se acrecientan.
“Esto ya no da para más; ya dio lo que tenía que dar. Barquisimeto necesita un terminal nuevo, moderno, acorde con una ciudad con más de un millón de habitantes”, dijo Marcial Cuicas, un conductor.
En eso coinciden sus colegas, así como las personas que, esporádicamente o a diario deben acudir a ese establecimiento para realizar viajes, cortos o largos.
Cuando se anunció la construcción del nuevo terminal en la avenida Florencio Jiménez, las esperanzas porque al fin la capital larense dispondría de algo acorde con su desarrollo e importancia en el país se multiplicaron.
Pero hubo frustración ante los problemas surgidos en relación a la obra y desde la Alcaldía de Iribarren se vieron obligados a hacerle algunas mejoras que, de acuerdo con transportistas y pasajeros, no han cumplido con las necesidades.
Para comenzar, la disposición de los desechos que a diario se producen es por demás irregular al punto que a un lado de las instalaciones, por la carrera 24, ante la imposibilidad de contar con un servicio eficiente de recolección, han instalado un gigantesco vertedero que representa una vergüenza para residentes y visitantes.
“De noche esto aquí es peligroso porque no hay iluminación suficiente y tampoco recorridas continuas de funcionarios policiales o de la Guardia Nacional”, manifestó Elena García, una usuaria.
A eso se agrega la presencia de elementos indeseables, o indigentes, que constituyen factores negativos para un centro de viajes de esa magnitud.
Además, la gran cantidad de unidades que a diario allí convergen, a veces de manera desordenada, convierte al terminal local en un caos a determinadas horas.