Desprotegidos, así se sienten los miembros de la familia Mendoza, quienes en menos de doce horas vieron colapsar el techo y la pared frontal de la residencia que habitan desde hace más de treinta años, situada en la prolongación de la calle 9 con carrera 19, en el sector Cruz Blanca de la capital centroccidental.
María Leonarda Mendoza, propietaria del inmueble, en medio de la tristeza y desesperación solicitó a las autoridades regionales asistencia inmediata, porque son cuatro niños, dos adolescentes y cuatro adultos los que se quedaron sin un lugar digno donde vivir. Desde la tragedia, todos duermen hacinados en un pequeño rancho que fue improvisado en el patio de la casa.
La comunidad que se solidarizó con los afectados, protestó la mañana de ayer en la carrera 19 para exigir a los entes con competencia que trasladen a un albergue a la señora de la tercera edad, igualmente a sus nietos e hijos, mientras la gobernación o alcaldía de Iribarren resuelven el problema.
El agua debilitó la casa
Se pudo conocer que las fuertes precipitaciones acaecidas la tarde del miércoles, debilitaron ambas estructuras. Primero se desplomó el techo. A las 9:00 de la noche, funcionarios del Cuerpo de Bomberos del estado Lara se acercaron a la zona para levantar las láminas que se desprendieron y fueron a dar a la sala. El televisor, mesas, sillas y demás enseres que se encontraban en esta área los perdieron “por fortuna no había nadie allí”, señaló la abuela.
Luego, a las 10:00 de la mañana del jueves, la pared frontal se derrumbó y la habitación principal quedó en ruinas. Una de las ocupantes que prefirió reservar su identidad, dijo que en varias ocasiones la señora María envió cartas a varias instituciones de la entidad demandando materiales de construcción para rehabilitar la infraestructura, pero solo recibió negativas y la típica respuesta “en este momento no hay recursos, debe esperar”. Ahora están angustiados porque recibieron una orden de desalojo del cuerpo bomberil, y nadie les quiere tender la mano.