Así como se habla en economía y finanzas de un mercado libre, la connotación de negro se utiliza para identificar transacciones que escapan al control del gobierno, independientemente del grado de libertades y de regulaciones existentes, ha existido siempre y, hoy, con la acentuación del fenómeno de la globalización, con todas sus características, también se ha fortalecido y permeado a la sociedad en pleno. Frente a una economía que se desarrolla a espacio abierto, formal, sujeta a las regulaciones del caso, simultáneamente, crece a niveles alarmantes, por el volumen de dinero que maneja – se estima superior – la llamada economía subterránea, ilícita, y con ella el mercado negro. No hay país del orbe donde no exista, con sus variados niveles y tipos de mercancías, que incluye drogas, órganos, armas, entre otras. Internet es prueba de ello.
En un contexto de rasgos especiales, o más bien, excepcionales, hay quienes lo consideran justificado, como la experiencia del guetto de Varsovia, similar a otras condiciones de supervivencia donde prolifera, como en los casos de guerra.
En el caso venezolano, no hay razones para negarlo. Desde sus orígenes, la propia historia da cuenta de la piratería que asoló nuestros mares y territorios. Los ilícitos comerciales forman parte del ADN nacional. Generalmente vinculados a los períodos de crisis, donde se exacerban por efectos de una oferta disminuida ante la demanda, pero siempre latente.
La situación actual es digna de estudio. Reviste características diferentes a las de coyunturas económicas anteriores. Sus causas, alcance y tratamiento por parte del gobierno, lo hacen merecedor de un análisis en profundidad que excede estas líneas.
Detrás del desabastecimiento generalizado, que va más allá de los rubros básicos de la cadena alimenticia, con todos los esfuerzos que hace el gobierno para paliar la situación mediante el marcado incremento de las importaciones, subsidiadas para atender las necesidades de los estratos más vulnerables, en tanto política social, está el incontrovertible hecho económico, irrefutable y advertido por las cifras y sectores gubernamentales, de que el Estado es el principal o casi único agente generador de divisas; en el orden del 97%. Por su parte, el sector privado genera el irrisorio 3%, pero demanda el 40% de la totalidad.
Hay una distorsión inobjetable del aparato productivo. Frente a la escasez, crece el mercado negro y el “bachaqueo” no es solo en las fronteras sino alrededor del comercio informal. Los controles son necesarios, pero en el fondo, pareciese que se impone un “diagnóstico objetivo de la situación real del modelo económico”, tal como lo proponen algunos voceros oficiales, lamentablemente sin eco en las altas esferas del poder.
Planteamientos – Venezuela: Mercado negro
-
- Publicidad -
- Publicidad -
Más leido hoy
Jesús Manuel Martínez, detenido postelectoral en Anzoátegui, murió este jueves #14Nov
Este jueves 14 de noviembre, a las 7:20 de la mañana murió Jesús Manuel Martínez Medina, quien era un detenido postelectoral desde el pasado 29 de julio
- Publicidad -
Debes leer
MP aseguró que Jesús Martínez recibió la debida atención médica #16Nov
El Ministerio Público (MP) aseguró que Jesús Martínez recibió la debida atención médica para tratar sus padecimientos.
- Publicidad -
- Publicidad -